Internacional
Georges Ibrahim Abdalá, un preso político en Francia
Francia cede ante las presiones americanas e israelíes
Beirut, la capital libanesa, tenía cita ayer con la libertad del luchador Georges Ibrahim Abdalá, pero vivió momentos de decepción e ira. Los familiares y compañeros de Abdalá condenaron la opresora política francesa, en el caso de Abdalá, que cedió ante las presiones americanas, y mostraron su rechazo con una acampada frente la embajada francesa en Beirut, las protestas podrían trasladarse al palacio del Gobierno y el palacio presidencial si no vean un movimiento serio por parte del Estado Libanés para reclamar el regreso del combatiente que se negó a arrepentirse de su pasado de lucha.
Ayer, el ministro francés del Interior, Manuel Valls, se negó a firmar el documento de expulsión de Abdalá a su patria, hecho que impulsó a las fuerzas nacionalistas libanesas a manifestarse ante la embajada francesa en Beirut, condenando la decisión injusta del Ministro.
“El Ministro francés del Interior, Manuel Valls, quiso darnos una sorpresa; optó por no firmar la deportación de Georges Ibrahim Abdalá, aun sabiendo que de esta forma obstaculiza la aplicación de la decisión de su liberación y posterior expulsión, prefiriendo alargar para unos días, semanas, o tal vez meses, la pesadilla que vive el combatiente libanés desde finales de los noventa en las cárceles francesas”, escribió el diario libanés “Al-Ajbar”, y añadió “¿Se trata de una medida preventiva, o una decisión vengativa, o una simple postura simbólica?, ¿Es un capricho del Ministro o decisión del Estado francés?, ¿Tal vez es un signo de debilidad ante los deseos americanos, o incapacidad de los socialistas de doblar la página del pasado con valentía?, quizás sea inútil hacer preguntas sobre las razones y los motivos de tal medida, pero lo que sucede nos recuerda una dolorosa verdad; la postura del partido socialista francés (de forma más amplia, todas las tendencias políticas en Francia tras enterrar la herencia gaullista), respecto a los árabes y su causa principal: Palestina”.
Según el mismo diario, una fuente legislativa francesa relacionada con el caso afirma desde Paris que “el sentido político domina lo legislativo en la decisión del Ministro del Interior. Normalmente, la autoridad se niega la expulsión de un extranjero a su país de origen o a otro en el caso de que haya evidencias de que en dicho país, sea su patria o tercero, vaya a ser detenido o sometido a torturas, en tal caso se respeta la voluntad del expulsado y permanece en arresto domiciliario o en algún albergue para refugiados”, y agregó que “en el caso de Georges Abdalá, las circunstancias son completamente contrarias, de una parte el Gobierno Libanés mostró más de una vez su disposición a recibirle, desde el año 2003, cuando la Cámara de Aplicación de Penas de París aprobó el octavo pedido de liberación de Georges Ibrahim Abdalá, el 10 de enero de 2013”, disposición que fue rechazada como resultado de un recurso presentado por el ministerio francés de Justicia a pedido del Departamento de Estado estadounidense. Desde entonces, todos los ministros de Justicia de Francia se habían plegado a las exigencias de Washington y habían bloqueado la liberación del militante libanés.
Por su parte, el diario “Assafir” señaló que “Abdalá se convirtió en un preso político en todos los sentidos. La Justicia francesa decreta su puesta en libertad y el Ministro del Interior, por razones políticas, se niega a facilitar la decisión soberana que, en teoría, es irrevocable. No obstante, la decisión de expulsión no obliga al Ministro a aplicarla en el plazo limitado, es probable que la Sala del Tribunal se reúna en la fecha límite, y se limite a constar que el Ministro no haya aplicado la decisión, ya que debido al vació legislativo en este punto, no podría más que prolongar el plazo dos semanas más, hasta que el Ministro decida, a su pesar, firmar el documento de la expulsión de su rehén Georges Ibrahim Abdalá a su patria, Líbano”.
Por otro lado, el diario “Al-Binaa” subrayó que la medida tomada deja mucho que ver y muchas interrogantes sobre “la civilización y la democracia” en el país galo que se deja someter a las presiones americanas e israelíes, y da marcha atrás en una decisión firme decretada por su “Justicia”. El diario agregó que “un ciudadano libanés ha cumplido su condena en las cárceles francesas, y se le ha decretado una decisión de expulsión… ¿Cuáles son las medidas que tomaría la autoridad libanesa al respecto?”.