Internacional
Bahréin, la revolución sofocada
Amnistía Internacional y HWR denunciaron la violación de los derechos de la población bahreiní
El parlamentario iraní, Fatholah Hosseini, tilda de absolutamente injustas las sentencias dictadas en Bahréin contra los activistas pro Derechos Humanos e insta a Manamá a introducir reformas políticas y judiciales.
"Sólo un reducido número de personas contrarias a la actuación inhumana de los Al Jalifa han sido juzgadas y detenidas, contraviniendo los derechos de los presos, y se encuentran en condiciones infrahumanas", deplora el sábado el legislador iraní.
El legislador iraní subraya que para mejorar la situación de los presos el régimen de Bahréin debe realizar reformas políticas y judiciales.
La destrucción de la propiedad de civiles y la masacre de manifestantes pacifistas a manos del régimen bahreiní son, según Hosseini, una prueba más de que el Occidente ha autorizado a los Al Jalifa cometer esos crímenes.
Mientras tanto, Amnistía Internacional y el Observatorio de los Derechos Humanos HWR denunciaron anteriormente la violación de los derechos de la población bahreiní por parte del régimen de los Al Jalifa.
Hosseini ha declarado que el régimen de los Al Jalifa habría sido derrocado hasta ahora si no fuera apoyado por Washington.
Insta, además, a las organizaciones internacionales que presumen defender los Derechos Humanos a investigar los crímenes cometidos por los Al Jalifa, la tortura y la detención de los activistas solo por perseguir reclamaciones legítimas.
El parlamentario iraní ha señalado también, que la revolución de Bahréin es la revuelta más desatendida en el mundo árabe, censurada por los países árabes y los medios de comunicación occidentales.
Desde mediados de febrero del año 2011, el pueblo bahreiní celebra con regularidad movilizaciones y actos de protesta contra el régimen de los Al Jalifa.
La casa gobernaba, por su parte, al verse superada por el levantamiento social comenzó la represión violenta de las manifestaciones pacíficas con el apoyo de tropas provenientes de varios países del Golfo y dirigidas desde Arabia Saudí.
Las fuerzas de seguridad del régimen de Al Jalifa emplean incluso gases tóxicos y balas reales para reprimir las protestas pacíficas del pueblo bahreiní.
|
El parlamentario iraní, Fatholah Hosseini, tilda de absolutamente injustas las sentencias dictadas en Bahréin contra los activistas pro Derechos Humanos e insta a Manamá a introducir reformas políticas y judiciales.
"Sólo un reducido número de personas contrarias a la actuación inhumana de los Al Jalifa han sido juzgadas y detenidas, contraviniendo los derechos de los presos, y se encuentran en condiciones infrahumanas", deplora el sábado el legislador iraní.
El legislador iraní subraya que para mejorar la situación de los presos el régimen de Bahréin debe realizar reformas políticas y judiciales.
La destrucción de la propiedad de civiles y la masacre de manifestantes pacifistas a manos del régimen bahreiní son, según Hosseini, una prueba más de que el Occidente ha autorizado a los Al Jalifa cometer esos crímenes.
Mientras tanto, Amnistía Internacional y el Observatorio de los Derechos Humanos HWR denunciaron anteriormente la violación de los derechos de la población bahreiní por parte del régimen de los Al Jalifa.
Hosseini ha declarado que el régimen de los Al Jalifa habría sido derrocado hasta ahora si no fuera apoyado por Washington.
Insta, además, a las organizaciones internacionales que presumen defender los Derechos Humanos a investigar los crímenes cometidos por los Al Jalifa, la tortura y la detención de los activistas solo por perseguir reclamaciones legítimas.
El parlamentario iraní ha señalado también, que la revolución de Bahréin es la revuelta más desatendida en el mundo árabe, censurada por los países árabes y los medios de comunicación occidentales.
Desde mediados de febrero del año 2011, el pueblo bahreiní celebra con regularidad movilizaciones y actos de protesta contra el régimen de los Al Jalifa.
La casa gobernaba, por su parte, al verse superada por el levantamiento social comenzó la represión violenta de las manifestaciones pacíficas con el apoyo de tropas provenientes de varios países del Golfo y dirigidas desde Arabia Saudí.
Las fuerzas de seguridad del régimen de Al Jalifa emplean incluso gases tóxicos y balas reales para reprimir las protestas pacíficas del pueblo bahreiní.