La ciudad santa de Al-Quds (Jerusalén) amaneció este jueves cubierta bajo un manto de nieve que causó alegría a los niños y paralizó las actividades de la ciudad, tras lo que los medios calificaron como "la tormenta de la década".


Situada a unos 800 metros de altitud, Al-Quds despertó vestida de blanco bajo una capa de más de 10 centímetros de nieve, con el inusual aspecto de una estación de esquí.

Con las escuelas cerradas, los niños se dedicaron a batallas de bolas de nieve en parques y jardines.

En las calles los transeúntes poco habituados a la nieve caminaban con prudencia. Pocos automovilistas osaron desafiar el mal tiempo y la recomendación de las autoridades de evitar circular.


En Líbano, en el cuarto día consecutivo de la tormenta, la nieve que ha cubierto las zonas altas, casi llega a la costa, y por poco abraza las aguas del Mediterráneo, muchos pueblos se quedaron asediados y el tráfico interrumpido, las escuelas han suspendido las clases hasta nuevo aviso. No obstante, los libaneses han recibido al visitante blanco con mucha alegría.