El ministro libanés de Asunto Exteriores, Adnan Mansur, aclaró que no pidió cerrar la frontera con Siria, sino controlarla. El ministro, en una entrevista con el diario “Assafir” matizó que “debemos controlar mejor la entrada de los refugiados sirios y palestinos a Líbano para saber quién entra y por qué razones, al igual como hacen en Iraq, Turquía y Jordania, porque el país no tiene capacidad para acoger a tantos refugiados”.


Destacó que, según los datos que tiene en su poder, unos 160.000 sirios se han refugiado en territorio libanés. Mansur subrayó que esa cifra supone una gran preocupación para Líbano porque "produce tensión en los ámbitos económico, social y demográfico".

A los sirios se suman los miles de palestinos procedentes del campo de refugiados de Yarmuk, en el sur de Damasco, que han huido al Líbano de los combates.


Mansur afirmó que las autoridades libanesas no discriminan entre los sirios y los palestinos, y agregó que "Líbano se convirtió en la única escapatoria para estos desplazados, pero ellos necesitan servicios sanitarios, alimenticios y de enseñanza, no tenemos capacidad para atenderlos, sobre todo porque las organizaciones internacionales no cumple con sus promesas, por estas razones pido controlar mejor nuestras fronteras y no cerrarlas”.