Internacional
Las sanciones de Occidente ponen en peligro las vidas de los enfermos iraníes
Hay déficit de algunos importantes fármacos extranjeros en el país
Las sanciones impuestas por Occidente a Irán por su programa nuclear afectan el sector farmacéutico del país y les quita la última esperanza a algunos enfermos.
Hace unas semanas la paciencia de los médicos iraníes comenzó a agotarse. Escribieron una carta al secretario general de la ONU en la que exigían que las sanciones internacionales dejasen de golpear a sectores que nada tienen que ver con el programa nuclear.
El oncólogo Baghram Mufid señala que “debido a las sanciones, las compañías farmacéuticas tienen prohibido suministrar medicinas a Irán. La mayoría de los fármacos contra diferentes tipos de cáncer se producen en el extranjero”.
Por su parte, el viceministro de Salud de la república islámica asegura que Irán produce el 96% de las medicinas que necesita. “El problema lo tenemos en que la mitad de las materias primas de estos fármacos tienen que ser importadas. Por otro lado, el 4% de los medicamentos que no producimos se llevan un tercio de todo el presupuesto sanitario”, explica.
El peso de las sanciones comenzó a notarse más sobre los iraníes cuando Washington y la Unión Europea desde hace menos de un año bloquearon el flujo comercial de las empresas persas. El punto clave ha sido congelar la circulación de euros y dólares maniatando al banco central del país.
Una salida de la crisis
En Irán en torno a 6 millones de personas necesitan tratamiento médico. Importar las materias primas de esos fármacos, tras las recientes sanciones, comienza a convertirse en una odisea. Sin embargo, algunas compañías farmacéuticas iraníes, conscientes de los problemas que se les podían venir encima, llenaron sus almacenes de productos importados.
Una de las empresas farmacéuticas iraníes más importantes asegura que podría seguir distribuyendo medicamentos durante dos años sin recibir ninguna materia prima del extranjero. Por ahora, no se sienten afectados por el bloqueo, pero califican de atroces las medidas impuestas a los ciudadanos del país.
“Ni siquiera en las guerras se imponen sanciones sobre las medicinas y los alimentos. No hay excusa para esta falta de humanidad de los países civilizados. Se jactan de tener un alto nivel de vida y de ser muy avanzados pero sus Gobiernos están tomando decisiones muy crueles”, dice el director de una compañía farmacéutica iraní.
Antes de la invasión estadounidense a Irak el país sufrió sanciones severas durante más de una década. Años después un informe de Naciones Unidas estimó que medio millón de niños habían muerto por causas relacionadas con la asfixia que produjo el embargo al Gobierno de Hussein.
Irán está lejos de esa situación, pero también es cierto que la presión, en este caso económica, no discierne cuándo puede ser demasiado tarde para dar marcha atrás.
| Las sanciones impuestas por Occidente a Irán por su programa nuclear afectan el sector farmacéutico del país y les quita la última esperanza a algunos enfermos.
Hace unas semanas la paciencia de los médicos iraníes comenzó a agotarse. Escribieron una carta al secretario general de la ONU en la que exigían que las sanciones internacionales dejasen de golpear a sectores que nada tienen que ver con el programa nuclear.
El oncólogo Baghram Mufid señala que “debido a las sanciones, las compañías farmacéuticas tienen prohibido suministrar medicinas a Irán. La mayoría de los fármacos contra diferentes tipos de cáncer se producen en el extranjero”.
Por su parte, el viceministro de Salud de la república islámica asegura que Irán produce el 96% de las medicinas que necesita. “El problema lo tenemos en que la mitad de las materias primas de estos fármacos tienen que ser importadas. Por otro lado, el 4% de los medicamentos que no producimos se llevan un tercio de todo el presupuesto sanitario”, explica.
El peso de las sanciones comenzó a notarse más sobre los iraníes cuando Washington y la Unión Europea desde hace menos de un año bloquearon el flujo comercial de las empresas persas. El punto clave ha sido congelar la circulación de euros y dólares maniatando al banco central del país.
Una salida de la crisis
En Irán en torno a 6 millones de personas necesitan tratamiento médico. Importar las materias primas de esos fármacos, tras las recientes sanciones, comienza a convertirse en una odisea. Sin embargo, algunas compañías farmacéuticas iraníes, conscientes de los problemas que se les podían venir encima, llenaron sus almacenes de productos importados.
Una de las empresas farmacéuticas iraníes más importantes asegura que podría seguir distribuyendo medicamentos durante dos años sin recibir ninguna materia prima del extranjero. Por ahora, no se sienten afectados por el bloqueo, pero califican de atroces las medidas impuestas a los ciudadanos del país.
“Ni siquiera en las guerras se imponen sanciones sobre las medicinas y los alimentos. No hay excusa para esta falta de humanidad de los países civilizados. Se jactan de tener un alto nivel de vida y de ser muy avanzados pero sus Gobiernos están tomando decisiones muy crueles”, dice el director de una compañía farmacéutica iraní.
Antes de la invasión estadounidense a Irak el país sufrió sanciones severas durante más de una década. Años después un informe de Naciones Unidas estimó que medio millón de niños habían muerto por causas relacionadas con la asfixia que produjo el embargo al Gobierno de Hussein.
Irán está lejos de esa situación, pero también es cierto que la presión, en este caso económica, no discierne cuándo puede ser demasiado tarde para dar marcha atrás.