El riesgo de un ataque terrorista planeará sobre el mundo. Pero esta vez, las bajas no se medirán por cientos o miles de muertos, sino por los millones de afectados por la infraestructura dañada. El ataque será informático.

En un nuevo escenario global, China superará a EEUU como la principal potencia económica, pero el país norteamericano seguirá siendo un líder mundial indispensable. El secreto, la independencia energética.


Los súbditos del oro negro lo tendrán más difícil y verán su influencia claramente mermada. Los principales actores serán, -además de China-, Brasil, Colombia, India, Indonesia, Nigeria, Sudáfrica y Turquía.

Es lo que concluye la CIA en un estudio sobre estrategia global que presenta motivos para el optimismo y el pesimismo de cara al 2030.

En él, reconoce que el futuro "es maleable" y enumera nuevas reglas que "cambiarán el juego" del tablero mundial: la crisis de la economía como resultado de una pandemia -que, aunque de corta duración, se traduciría en cierre de las fronteras y el aislacionismo-, las deficiencias en materia de gobierno o el impacto de las nuevas tecnologías.

Según la CIA, al menos 15 países están "en alto riesgo de fracaso del Estado" para 2030. Entre ellos, Afganistán, Pakistán, Burundi, Rwanda, Somalía, Uganda o Yemen.

Sin embargo, el estudio subraya que lo más preocupante es una evolución de las guerras de Asia y Oriente Medio que podrían incluir en el futuro armas nucleares.

La agencia anticipa también la afluencia creciente de una clase media global mejor educada y con mayor acceso a la atención médica y las tecnologías de comunicación. Miles de millones de personas que van a ganar un nuevo poder individual.

"Por primera vez, mayoría de habitantes no vivirá en la miseria y la clase media será la más importante tanto en el sector económico como social en la gran mayoría de países de todo el mundo", adelanta la CIA.

Otra tendencia demográfica importante será el envejecimiento de la población en Europa, Japón, Corea del Sur y Taiwán, lo que podría retrasar aún más sus economías.

El documento también enciende una alarma: la mitad de la población mundial vivirá en áreas con grave escasez de agua dulce, lo que significa que la gestión de los recursos naturales será un componente crucial en los esfuerzos globales de seguridad nacional.