Ha cerrado los oídos y rehusó escuchar las voces que rechazan su anuncio de referendo a la “mutante” constitución, y cuando se dirigió a la multitud, les recordó de la era de Mubarak, les decepcionó.


Así es la sensación que domina en la calle de la oposición egipcia, tras el último discurso del presidente Mohamed Mursi, indignación y decepción de un discurso sin “contenido”, aparte de justificar la actitud de los militantes de los “Hermanos Musulmanes” y apoyarla, atacar a la oposición y acusarla de “traición”, utilizando las mismas expresiones del presidente derrocado, Hosni Mubarak.

La respuesta ha sido inmediata, miles de egipcios salieron a la calle, se agrupaban y se dirigían en multitudes hacia la sede del presidente, todos los caminos llevaban al mismo punto, el palacio presidencial. Miles de manifestantes en El Cairo volvieron a exigir el viernes que todo el proceso sea cancelado.


Las escenas de la heroica revolución de los egipcios contra el régimen de Mubarak se repiten con más intensidad y más insistencia: “Mursi lárgate” y “Libertad… Libertad” son las consignas que marcan el movimiento de un pueblo que no se cansa de reclamar sus derechos y su independencia real.

Por otro lado, los Hermanos Musulmanes y su brazo político el partido de “Libertad y Justicia” siguen atacando los líderes y símbolos de la oposición acusándoles de “trabajar para potencias extranjeras”.


El grupo opositor “Frente de Salvación Nacional”, en un comunicado divulgado ayer viernes, lamenta profundamente el discurso del presidente Mursi, que decepcionó las esperanzas y cortó el camino a cualquier entendimiento.

El texto expresó la sorpresa de que Mursi negaba la verdad de que sus partidarios fueron los que atacaron a los manifestantes ante el palacio y provocaron los disturbios y choques que causaron pérdidas humanas y derramamiento de sangre.


El comunicado rechaza el diálogo y reitera la insistencia de emplear todos los medios legales para defender los derechos y la libertad, y reorientar la brújula de la revolución.

Egipto está hoy en un cruce de caminos, entre una nueva revolución contra los que “aprovecharon la revolución para subir al trono” y una confrontación que podría llevar al país a una “guerra civil”, especialmente porque algunas fuentes hablan de la posibilidad de arrestar los destacados líderes de la oposición, si esto ocurriese nadie podría prevenir las consecuencias, pero lo cierto es que Egipto “después de Mubarak” está dividida.