Internacional
La transición egipcia
La oposición egipcia convoca una protesta contra el poder de Moursi
La oposición al presidente egipcio, Mohamad Moursi, comenzó este mediodía a congregarse en la plaza de Tahrir para protestar por la adopción de la Constitución de una comisión dominada por los islamistas, poniendo de relieve la tensión entre el presidente de la Hermandad Musulmán y su oposición. El opositor y ex jefe de la Liga Árabe, Amro Moussa, entre otros dirigentes, se han unido para manifestar, sobre todo, su oposición a los poderes especiales que se ha otorgado el presidente Moursi el pasado 22 de noviembre. Mañana sábado hay convocada una gran manifestación en favor del gobierno.
Ya el pasado jueves, una coalición de líderes de la oposición advirtieron a Moursi que la protesta de los jueces podría extenderse y consolidar un movimiento de desobediencia civil a gran escala. Apenas unos días antes, decenas de miles de manifestantes se habían reunido en la Plaza del Tahrir (Liberación), epicentro de la revolución prodemocracia que provocó la caída del ex presidente de Egipto, Hosni Mubarak, en febrero de 2011, para movilizarse contra Moursi. Fue la mayor protesta desde la elección del presidente en junio.
Ayer, la Asamblea Constituyente egipcia, que debate el texto de la nueva norma fundamental de la era pos-Mubarak, votó a favor de mantener como fuente principal de legislación "los principios de la sharia (ley islámica)" —algo diferente a establecerla como única fuente de derecho—. El alcance en la nueva Constitución de este compendio de normas nacido de la interpretación más rígida del islam ha sido uno de los frentes de batalla entre laicos y religiosos tras la llegada a la presidencia de Mohamad Moursi, miembro de los Hermandad Musulmán. La asamblea finalizó esta madrugada los trabajos y presentará hoy el texto consensuado al presidente.
El artículo que ha suscitado un mayor debate ha sido el número 2, que establece la identidad del Estado y el papel de la sharia. Finalmente, su redacción es la misma que en la Constitución de 1971: "Islam es la religión del Estado, el árabe es su lengua oficial y los principios de la sharia son la principal fuente de legislación". Hasta ahora, el artículo ha sido interpretado de forma laxa y no ha constreñido el margen de maniobra del Parlamento.
Por esta razón, los ultraconservadores Salafista insistieron sin suerte en retirar la palabra "principios" o sustituirla por "provisiones", con el fin de aplicar la ley islámica de forma íntegra. Como concesión para obtener su apoyo, los Hermanos Musulmanes aceptaron añadir una disposición adicional que define los "principios de la sharia" y especifica que incluyen todas sus provisiones, lo que motivó el rechazo de los representantes laicos, que temen que abra la puerta a una teocracia.
Tras un intento de tender puentes a la oposición, el presidente Moursi y su movimiento político se han enrocado en la grave crisis que azota el país después de que la raíz se otorgara de forma unilateral un poder cuasi absoluto.
Una de las provisiones más controvertidas de la declaración constitucional de Moursi fue el blindaje de la Asamblea Constituyente frente a una posible disolución por parte del Tribunal Constitucional. Estaba previsto que la corte se pronunciara sobre la legalidad del comité, dominado por las corrientes islamistas, a partir del próximo 2 de diciembre. Las fuerzas laicas, que se han retirado de la Asamblea, confiaban en que su disolución condujera a un nuevo comité más equilibrado.
El proceso de redacción de la nueva Carta Magna se inició hace casi seis meses, y había entrado en su última fase en octubre. Ya se han publicado diversos borradores y tan solo quedaba por decidir el contenido de varios de los artículos más sensibles. El presidente de la Asamblea, el juez Hossan al Geriany, informó el miércoles que al día siguiente se procedería a una votación final de cada uno de los más de 200 artículos.
"La decisión de acelerar el voto solo servirá para echar leña al fuego", dijo al diario Al Ahram, Mohamad Abdelalim Dawud, miembro del histórico partido Wafd, y uno de los que se ha retirado de la Asamblea Constituyente.
Según la normativa actual, la mayoría necesaria para aprobar la Constitución es de 57 de los 100 miembros de la constituyente. Luego, debe ser aprobada en referéndum para que entre en vigor. Los islamistas poseen el quórum suficiente para aprobarla. Si lo logran, Egipto vivirá el sábado una situación de tensión que puede acabar en un baño de sangre.
| La oposición al presidente egipcio, Mohamad Moursi, comenzó este mediodía a congregarse en la plaza de Tahrir para protestar por la adopción de la Constitución de una comisión dominada por los islamistas, poniendo de relieve la tensión entre el presidente de la Hermandad Musulmán y su oposición. El opositor y ex jefe de la Liga Árabe, Amro Moussa, entre otros dirigentes, se han unido para manifestar, sobre todo, su oposición a los poderes especiales que se ha otorgado el presidente Moursi el pasado 22 de noviembre. Mañana sábado hay convocada una gran manifestación en favor del gobierno.
Ya el pasado jueves, una coalición de líderes de la oposición advirtieron a Moursi que la protesta de los jueces podría extenderse y consolidar un movimiento de desobediencia civil a gran escala. Apenas unos días antes, decenas de miles de manifestantes se habían reunido en la Plaza del Tahrir (Liberación), epicentro de la revolución prodemocracia que provocó la caída del ex presidente de Egipto, Hosni Mubarak, en febrero de 2011, para movilizarse contra Moursi. Fue la mayor protesta desde la elección del presidente en junio.
Ayer, la Asamblea Constituyente egipcia, que debate el texto de la nueva norma fundamental de la era pos-Mubarak, votó a favor de mantener como fuente principal de legislación "los principios de la sharia (ley islámica)" —algo diferente a establecerla como única fuente de derecho—. El alcance en la nueva Constitución de este compendio de normas nacido de la interpretación más rígida del islam ha sido uno de los frentes de batalla entre laicos y religiosos tras la llegada a la presidencia de Mohamad Moursi, miembro de los Hermandad Musulmán. La asamblea finalizó esta madrugada los trabajos y presentará hoy el texto consensuado al presidente.
El artículo que ha suscitado un mayor debate ha sido el número 2, que establece la identidad del Estado y el papel de la sharia. Finalmente, su redacción es la misma que en la Constitución de 1971: "Islam es la religión del Estado, el árabe es su lengua oficial y los principios de la sharia son la principal fuente de legislación". Hasta ahora, el artículo ha sido interpretado de forma laxa y no ha constreñido el margen de maniobra del Parlamento.
Por esta razón, los ultraconservadores Salafista insistieron sin suerte en retirar la palabra "principios" o sustituirla por "provisiones", con el fin de aplicar la ley islámica de forma íntegra. Como concesión para obtener su apoyo, los Hermanos Musulmanes aceptaron añadir una disposición adicional que define los "principios de la sharia" y especifica que incluyen todas sus provisiones, lo que motivó el rechazo de los representantes laicos, que temen que abra la puerta a una teocracia.
Tras un intento de tender puentes a la oposición, el presidente Moursi y su movimiento político se han enrocado en la grave crisis que azota el país después de que la raíz se otorgara de forma unilateral un poder cuasi absoluto.
Una de las provisiones más controvertidas de la declaración constitucional de Moursi fue el blindaje de la Asamblea Constituyente frente a una posible disolución por parte del Tribunal Constitucional. Estaba previsto que la corte se pronunciara sobre la legalidad del comité, dominado por las corrientes islamistas, a partir del próximo 2 de diciembre. Las fuerzas laicas, que se han retirado de la Asamblea, confiaban en que su disolución condujera a un nuevo comité más equilibrado.
El proceso de redacción de la nueva Carta Magna se inició hace casi seis meses, y había entrado en su última fase en octubre. Ya se han publicado diversos borradores y tan solo quedaba por decidir el contenido de varios de los artículos más sensibles. El presidente de la Asamblea, el juez Hossan al Geriany, informó el miércoles que al día siguiente se procedería a una votación final de cada uno de los más de 200 artículos.
"La decisión de acelerar el voto solo servirá para echar leña al fuego", dijo al diario Al Ahram, Mohamad Abdelalim Dawud, miembro del histórico partido Wafd, y uno de los que se ha retirado de la Asamblea Constituyente.
Según la normativa actual, la mayoría necesaria para aprobar la Constitución es de 57 de los 100 miembros de la constituyente. Luego, debe ser aprobada en referéndum para que entre en vigor. Los islamistas poseen el quórum suficiente para aprobarla. Si lo logran, Egipto vivirá el sábado una situación de tensión que puede acabar en un baño de sangre.