El presidente egipcio, Mohamed Mursi, emitió una nueva declaración constitucional para ampliar sus poderes.

En una declaración televisada, el portavoz presidencial, Yasser Ali, dijo que las decisiones del presidente no podrán ser apeladas o revocadas por ninguna autoridad, incluido el poder judicial, y que su objetivo es proteger la revolución de Egipto.


Mursi también despidió al fiscal general Abdel Maguid Mahmoud y ordenó que se repitiera el juicio de las personas acusadas de atacar a manifestantes cuando Hosni Mubarak estaba en el poder.

Mursi, el primer presidente elegido democráticamente en Egipto, dijo que todos aquellos absueltos de matar a manifestantes durante la revolución volverán a ser juzgados.

Grupos de oposición en Egipto convocaron protestas masivas para el viernes contra el nuevo decreto constitucional del presidente. Los opositores describieron el decreto como "un golpe contra la legitimidad".