El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, reiteró el compromiso de su país para apoyar las reformas democráticas que se están implementando en Birmania, aunque alertó que el "camino apenas ha comenzado".


En su histórica visita, la primera de un mandatario estadounidense en el poder, Obama extendió la "mano de la amistad" y advirtió que no hay excusa para "la violencia contra personas inocentes" pese a las diferencias étnicas entre musulmanes y budistas.

Además, instó a la inclusión en la sociedad del pueblo rohingya, cuyos miembros no son reconocidos como ciudadanos.

Obama tuvo un encuentro en Rangún con el presidente Thein Sein y la líder de la oposición, Aung San Suu Kyi, en una visita que puede marcar un momento decisivo en la historia de Birmania, que intenta salir de su aislamiento internacional.