Internacional
El canciller iraní niega de haber conversaciones directas entre Irán y EEUU sobre el tema nuclear
Salehi: Tales incorrecciones técnicas suponen un intento de manipular a la opinión pública
“Irán y los Estados Unidos ya mantuvieron conversaciones directas, pero sobre temas definidas”, dice el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Ali Akbar Salehi, aludiendo a las declaraciones del vicecanciller ruso sobre que las autoridades de su país apoyan las conversaciones directas entre Irán y Estados Unidos.
“Irán ya ha probado esa vía anteriormente”, ha señalado Salehi en una rueda de prensa concedida en el marco de la segunda Conferencia Internacional de Derechos Humanos y Culturas.
Y ejemplifica el caso con asuntos como “Afganistán e Irak”. Respecto al tema nuclear, dice que están en marcha “conversaciones indirectas” en el marco de las reuniones con el Grupo 5+1.
También añade que las conversaciones sobre asuntos concretos difieren de una reunión bilateral, pues en estas se abarcan asuntos políticos y tal decisión compete exclusivamente al Líder Supremo de la Revolución.
Por otra parte, el director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), Yukiya Amano, asegura en unas declaraciones que se han detectado actividades para limpiar la contaminación nuclear en el complejo de Parchin, situado al sureste de la capital iraní, Teherán.
Salehi aduce, no obstante, que “no se pueden eliminar los efectos de la contaminación nuclear”; por ende, tales incorrecciones técnicas suponen un intento de manipular a la opinión pública.
EE.UU. y algunos de sus aliados acusan a Irán de perseguir objetivos bélicos en su programa nuclear y, con este pretexto, le imponen sanciones.
Irán, por su parte, rechaza esas acusaciones y señala que, como miembro de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) y signatario del Tratado de No Proliferación (TNP), tiene derecho legal a adquirir y desarrollar la energía nuclear con fines pacíficos.
La AIEA ha realizado numerosas inspecciones en las instalaciones nucleares de Irán, pero nunca ha encontrado evidencia alguna que confirme las alegaciones occidentales de que el programa de energía nuclear iraní podría utilizarse para fines bélicos.
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“Irán y los Estados Unidos ya mantuvieron conversaciones directas, pero sobre temas definidas”, dice el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Ali Akbar Salehi, aludiendo a las declaraciones del vicecanciller ruso sobre que las autoridades de su país apoyan las conversaciones directas entre Irán y Estados Unidos.
“Irán ya ha probado esa vía anteriormente”, ha señalado Salehi en una rueda de prensa concedida en el marco de la segunda Conferencia Internacional de Derechos Humanos y Culturas.
Y ejemplifica el caso con asuntos como “Afganistán e Irak”. Respecto al tema nuclear, dice que están en marcha “conversaciones indirectas” en el marco de las reuniones con el Grupo 5+1.
También añade que las conversaciones sobre asuntos concretos difieren de una reunión bilateral, pues en estas se abarcan asuntos políticos y tal decisión compete exclusivamente al Líder Supremo de la Revolución.
Por otra parte, el director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), Yukiya Amano, asegura en unas declaraciones que se han detectado actividades para limpiar la contaminación nuclear en el complejo de Parchin, situado al sureste de la capital iraní, Teherán.
Salehi aduce, no obstante, que “no se pueden eliminar los efectos de la contaminación nuclear”; por ende, tales incorrecciones técnicas suponen un intento de manipular a la opinión pública.
EE.UU. y algunos de sus aliados acusan a Irán de perseguir objetivos bélicos en su programa nuclear y, con este pretexto, le imponen sanciones.
Irán, por su parte, rechaza esas acusaciones y señala que, como miembro de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) y signatario del Tratado de No Proliferación (TNP), tiene derecho legal a adquirir y desarrollar la energía nuclear con fines pacíficos.
La AIEA ha realizado numerosas inspecciones en las instalaciones nucleares de Irán, pero nunca ha encontrado evidencia alguna que confirme las alegaciones occidentales de que el programa de energía nuclear iraní podría utilizarse para fines bélicos.