El Ejército libanés ha conseguido restablecer hoy la calma en la mayoría de las regiones del país, pero la inestabilidad persiste en la ciudad septentrional de Trípoli, donde continúan los disparos de francotiradores en algunos barrios.

Los choques en Trípoli entre los barrios de “Bab al Tebaneh” y “Yabal Mohsen” prosiguieron de madrugada, aunque cesaron por la mañana.


Entretanto, la tranquilidad ha vuelto hoy a Beirut, donde unidades móviles y fijas del Ejército libanés, apoyadas por tanques y otros vehículos militares, han establecido controles en las principales arterias de la capital, escenario ayer de actos de violencia callejera y agresiones por parte de milicianos del partido “Mustaqbal” y de otros elementos armados.

Las Fuerzas Armadas han advertido de que reprimirán cualquier intento de desestabilización del país y ha afirmado que la seguridad es una "línea roja".

Mientras, la oposición, que exige la dimisión del Gobierno de Nayib Mikati, mantiene sentadas frente a la sede del Ejecutivo en Beirut y cerca de la casa del primer ministro en Trípoli.


La oposición exige la dimisión del Gabinete de Mikati y le acusa de ser “responsable” de la muerte del jefe de la Inteligencia de la Policía libanesa, general Wisam al Hasan, asesinado el viernes pasado en un atentado con coche bomba en la capital.

Durante la jornada de ayer, ocho personas murieron y decenas resultaron heridas en todo el país durante los disturbios.