Internacional
El atentado de Ashrafieh pone Líbano al borde del abismo
Jóvenes se echan a las calles y colocan barricadas en distintos puntos del país
El atentado perpetrado ayer en Beirut que costó la vida al jefe de la Inteligencia de la policía libanesa, Wissam Hasan, y a otras dos personas, así como más de un centenar de heridos, ha aumentado la inquietud en Líbano.
A primeras horas de la tarde, una gran explosión de un coche bomba sacudió la plaza Sassin, en el céntrico distrito de Al Ashrafiya, donde se vivieron escenas de pánico entre los habitantes.
Numerosos edificios quedaron dañados en la zona, donde incluso un incendio se declaró en uno de los inmuebles mientras miembros de la Cruz Roja Libanesa, ciudadanos y policías intentaban socorrer a las víctimas entre escombros y cristales rotos.
Al menos tres personas murieron y más de cien resultaron heridas, según el último recuento de la Agencia Nacional de Noticias (ANN) en medio de la confusión de cifras generadas.
Aunque se desconoce el autor del atentado, fuentes policiales afirmaron que el ataque iba dirigido contra el jefe de los servicios secretos policiales, que murió en el acto.
El Gobierno libanés decretó para mañana un día de luto nacional por los fallecidos mientras que el primer ministro, Nayib Mikati, presidió una reunión del Consejo de Seguridad del país para analizar el atentado.
Protestas y bloqueos de carreteras
Numerosos jóvenes se han echado a las calles y han quemado neumáticos en todo Líbano en protesta contra el asesinato del jefe del departamento de Inteligencia de la Policía libanesa, el general Wissam al Hasan.
Los manifestantes han bloqueado las calles en la región del valle de la Bekaa, en el este del país, en la zona de Akkar, en el norte, y en barrios de Beirut y de Sidón, en el sur.
El primer ministro ha asegurado que todas las instituciones del Estado están "alerta" para esclarecer el atentado y para "perseguir a sus autores y castigarles", así como para "evitar una vuelta a una ola de explosiones en Líbano".