Internacional
Los Salafistas en Túnez: Repetidos actos de violencia
Asalto a un símbolo del patrimonio cultural e histórico: el santuario de “Saida el Mannoubiah”
Alintiqad – nuestra corresponsal en Túnez
Después de varios actos de violencia de los Salafistas Wahabistas en todo el territorio de la República tunecina en nombre de la religión, estos no se contentaron con la violación de la santidad de la bandera tunecina en la Facultad de Letras de la Manouba, sino pasaron a la violación de uno de los símbolos del patrimonio cultural e histórico de la misma región: el santuario de “Saida el Mannoubiah” del cual obtuvo la región su nombre.
Las mujeres que ahí estaban cuentan que un grupo de enmascarados, cinco personas, derramaron gasolina sobre ataúd y las habitaciones adyacentes y los prendió fuego, lo que destruyó una gran parte del Santuario incluyendo los libros de Corán. Los enmascarados amenazaron a las mujeres con una espada y gas paralizante al movimiento y les quitaron sus joyas y sus celulares.
En otra región del noroeste de Túnez: Jendouba, los Salafistas desplazaron a una familia entera de la ciudad obligándola a abandonar su casa con el permiso de la oficina local del Movimiento de Anahda y tras una fatwa del Amir del grupo: la cabeza de la familia está acusado por hacer “la maldad en tierra”, opone al movimiento de Anahda y llama a la revolución del 23 de octubre de 2012, fecha en la que acabará la legitimidad del gobierno actual. Además no es un musulmán practicante ya que no hace la oración y no frecuenta la mezquita.
Los Salafistas rodearon la casa y bajo amenazas y gritos obligaron a la familia a salir de su casa que se encuentra en el barrio “Al Ons”, todo ello sin ninguna intervención ni de las fuerzas de seguridad ni de los vecinos y los residentes de la región.
Estos acontecimientos no son más que una muestra del sinfín de las acciones violentas e ilegales de los Salafistas protegidos por el gobierno y descritos por Rached al Gahnnouchi de la manera siguiente: “Los Salafistas me hacen recordar mis años de juventud, no representan ningún peligro para la seguridad colectiva y son la muestra de una nueva cultura”. El mismo, afirma que los tunecinos son “un pueblo que ignora su religión”.