Los dirigentes libaneses expresaron el miercoles su apoyo a la misión del enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Lajdar Ibrahimi, y manifestaron su esperanza de que tenga éxito en encontrar una solución al conflicto en el país vecino.

Tras reunirse con Ibrahimi en Beirut, el presidente libanés, Michel Suleiman, deseó que la mediación del enviado internacional "pueda encontrar una solución que permita un compromiso (entre ambas partes) para poner fin a la crisis siria".


"Si la crisis siria persiste, sus repercusiones serán negativas", agregó Suleiman, quien insistió en la importancia de resolver el conflicto y llegar a un acuerdo político para que los refugiados sirios puedan regresar a su país.

Durante su estancia en Beirut, Ibrahimi se entrevistó también con el primer ministro libanés, Nayib Mikati, y con el jefe del Parlamento, Nabih Berri.

Mikati expresó, por su parte, su deseo de que los esfuerzos para cesar la violencia en Siria permitan propiciar encontrar una solución política, de acuerdo con la decisión del pueblo sirio.


El jefe de Gobierno defendió la postura adoptada por su Ejecutivo de "distanciamiento" respecto a la crisis siria para preservar la estabilidad de Líbano y aseguró que, aunque al principio fue criticada, ahora goza de "apoyo unánime árabe e internacional".

En este sentido, explicó que esta política se debe a "la división interna respecto al conflicto sirio, las relaciones históricas, económicas y geográficas entre ambos países y las relaciones de Líbano con el mundo árabe".