Internacional
Hollande admite la masacre de argelinos en París en 1961
Uno de los capítulos más oscuros de la historia francesa de posguerra
El presidente francés, François Hollande, reconoció el miércoles la masacre de argelinos durante una marcha por la independencia en París en 1961, poniendo fin a décadas de silencio oficial sobre uno de los capítulos más oscuros de la historia francesa de posguerra.
El comunicado, que llega mientras Hollande trata de mejorar las relaciones con Argel antes de ir de visita en diciembre, es la primera vez que un presidente francés acepta públicamente que ocurrió la matanza, de la que no existe un número oficial de víctimas, ya que los archivos policiales fueron cerrados al público.
Cuando la lucha por la independencia argelina llegó a Francia, el jefe de policía de París Maurice Papon ordenó una drástica ofensiva contra miles de manifestantes que habían desafiado un toque de queda.
"El 17 de octubre de 1961, argelinos que pedían por la independencia fueron asesinados en una sangrienta represión. La República reconoce esos hechos", dijo Hollande en un comunicado. "Rindo homenaje a las víctimas 51 años después".
La masacre fue registrada por los historiadores, que afirman que más de 200 personas murieron en el episodio más fatídico de uso de la fuerza por parte de las autoridades francesas.
El líder del partido conservador UMP en el Parlamento, Christian Jacob, acusó a los socialistas de fomentar las divisiones al supuestamente implicar al Estado en la masacre.
"Al tiempo que negar los acontecimientos del 17 de octubre de 1961 y olvidar a las víctimas está fuera de cuestión, es inaceptable culpar a la policía del Estado y con ella a toda la República", dijo en un comunicado.
En los meses y años siguientes a la masacre, el Gobierno prohibió la publicación de un libro sobre las muertes y suprimió las pocas fotografías tomadas por periodistas esa noche.
Los historiadores han recopilado testimonios sobre cómo los manifestantes fueron perseguidos por las calles de París y aporreados hasta la muerte en los patios de las comisarías. Los cuerpos fueron arrojados al río Sena, dijeron testigos.