El primer ministro libanés, Najyb Mikati, pidió ayer ante la Asamblea General de la ONU asistencia y apoyo internacional para los refugiados sirios en su país, que ya superan los 72.000, el doble que el mes pasado, según cifras de Naciones Unidas.

"Líbano solo no puede controlar el incremento de desplazados, por lo que necesita el apoyo internacional a todos los niveles", recalcó el primer ministro.

Además, sostuvo que la crisis en Siria "amenaza la paz y la estabilidad en Oriente Medio, especialmente en Líbano", y reafirmó su apoyo a los desplazados sirios que llegan a su país para "aliviar su sufrimiento".


Mikati, en su intervención ante la Asamblea General, pidió también a la comunidad internacional que ejerza "más esfuerzos" para asegurar el consenso político entre los partidos sirios y poner fin a la violencia que está afectando "a la vida de cientos de inocentes cada día".

Asimismo, aprovechó su discurso para pedir el reconocimiento del Estado palestino con Al-Quds (Jerusalén) como su capital y su aceptación como miembro de pleno derecho en las organizaciones internacionales, pues el pueblo libanés "apoya la libertad y los derechos legítimos de las personas".

Así, señaló que la estabilidad no puede venir sin "una primavera palestina" que permita el derecho de autodeterminación de los palestinos.

En este sentido, pidió a las organizaciones internacionales que "allanen" el camino hacia una solución política que acabe con la "injusticia histórica" que ha sufrido el pueblo palestino desde 1948.

Mikati denunció, por otro lado, "las violaciones continuas" de la entidad israelí a la soberanía libanesa y pidió a la comunidad internacional que ejerza presión para que “Israel” respete las resoluciones y la ley internacional.

El primer ministro también se mostró contrario a las armas de destrucción masiva, mostró su apoyo al Tratado de las Naciones Unidas en contra de la proliferación de armas nucleares y pidió una "solución diplomática" para solucionar la cuestión iraní.

Además, propuso ante la Asamblea la creación de una nueva institución, con sede en Beirut, para desarrollar un plan que asista a hombres y mujeres jóvenes que trabajan en la administración pública para promover "un buen gobierno, eficiente y productivo".

Líbano "tiene un precioso valor que debe servir como modelo para el futuro de las relaciones entre las civilizaciones" y añadió que su país "es un ejemplo de democracia, tolerancia y pluralista".

"Mirar a Líbano es una oportunidad para conseguir la paz en Oriente Medio", afirmó.

En palabras de Mikati, estos cambios solo pueden conseguirse a través del diálogo y sin la violencia y la intervención extranjera, que solo conduciría "a más caos, a injusticias y a la división, lo que haría incrementar el número de refugiados".