Internacional
Somalia elige presidente por primera vez tras el inicio de la guerra civil
La corrupción y la violencia rodean a los comicios en el país africano
Somalia ha sido declarado el Estado más fallido del mundo durante los últimos cuatro años y su Gobierno de transición el más corrupto del planeta cada año desde 2007. El país sufre un estado de guerra constante y ha sufrido dos hambrunas desde la caída de su último presidente en 1991. Con este historial es que hoy 22 candidatos aspiran habitúeselos convertirse en el primer presidente somalí desde que el dictador Siad Barré fuera depuesto en 1991 y comenzara la guerra civil. Los comicios ponen punto final a un complejo proceso de transición política apoyado y organizado en parte por Naciones Unidas y que se inició en 2004.
Está previsto que el Parlamento se reúna en la Academia de Policía de la capital, Mogadiscio, para elegir al que será el jefe de Estado del país durante los próximos cuatro años. Aunque ha habido varios Parlamentos y Gobiernos de transición, ésta es la primera vez desde los años sesenta que tanto los diputados como el presidente habrán sido elegidos por somalíes y en territorio somalí.
Para vencer, un candidato debería obtener una mayoría de por lo menos dos tercios en la primera ronda de votación y una mayoría simple en la segunda. Si ninguno consigue dos tercios de los votos en la primera vuelta, entonces los cuatro candidatos más votados pasarían a una segunda ronda y los dos con más votos en ésta pasarían a una tercera, en la que el vencedor sería elegido por mayoría simple. Es muy probable que el nuevo presidente será uno de los anteriores líderes gubernamentales, ya que entre los 24 candidatos están las personalidades más importantes del anterior Gobierno de transición (TFG, en inglés): Sheikh Sharif Ahmed (presidente), Sharif Hassan Sheikh Adén (presidente del Parlamento y figura más poderosa junto al anterior), Abdiweli Mohamed Ali (primer ministro) y Mohamed Abdullahi Mohamed, conocido como Farmaajo (anterior primer ministro y popular entre los habitantes de Mogadiscio).
La corrupción del TFG es legendaria. El pasado julio, un informe del Grupo de Vigilancia de Eritrea y Somalia de la ONU aseguró que, en 2009 y 2010, 7 de cada 10 dólares donados al TFG fueron robados por gente del Gobierno.
Retrasos y acusaciones de fraude
En los últimos días, han abundado los rumores y las acusaciones de que algunos candidatos presidenciales estaban intentando comprar votos de los diputados o asegurárselos a través de amenazas. Aunque estas acusaciones no se han podido verificar, sí hay muchas dudas sobre la limpieza y la legitimidad del proceso, también debido a la complicada situación en la que aún se encuentra Mogadiscio y al paupérrimo historial de los sucesivos Gobiernos de transición. “El futuro de Somalia depende de que todos y cada uno de los diputados voten por quien crean que puede liderar su país de la mejor forma posible”, declaró hace unos días Augustine P. Mahiga, representante especial de Naciones Unidas para Somalia. “Los animo a que lleven a cabo este voto de confianza sagrado libres de cualquier tipo de influencia externa”.
| Somalia ha sido declarado el Estado más fallido del mundo durante los últimos cuatro años y su Gobierno de transición el más corrupto del planeta cada año desde 2007. El país sufre un estado de guerra constante y ha sufrido dos hambrunas desde la caída de su último presidente en 1991. Con este historial es que hoy 22 candidatos aspiran habitúeselos convertirse en el primer presidente somalí desde que el dictador Siad Barré fuera depuesto en 1991 y comenzara la guerra civil. Los comicios ponen punto final a un complejo proceso de transición política apoyado y organizado en parte por Naciones Unidas y que se inició en 2004.
Está previsto que el Parlamento se reúna en la Academia de Policía de la capital, Mogadiscio, para elegir al que será el jefe de Estado del país durante los próximos cuatro años. Aunque ha habido varios Parlamentos y Gobiernos de transición, ésta es la primera vez desde los años sesenta que tanto los diputados como el presidente habrán sido elegidos por somalíes y en territorio somalí.
Para vencer, un candidato debería obtener una mayoría de por lo menos dos tercios en la primera ronda de votación y una mayoría simple en la segunda. Si ninguno consigue dos tercios de los votos en la primera vuelta, entonces los cuatro candidatos más votados pasarían a una segunda ronda y los dos con más votos en ésta pasarían a una tercera, en la que el vencedor sería elegido por mayoría simple. Es muy probable que el nuevo presidente será uno de los anteriores líderes gubernamentales, ya que entre los 24 candidatos están las personalidades más importantes del anterior Gobierno de transición (TFG, en inglés): Sheikh Sharif Ahmed (presidente), Sharif Hassan Sheikh Adén (presidente del Parlamento y figura más poderosa junto al anterior), Abdiweli Mohamed Ali (primer ministro) y Mohamed Abdullahi Mohamed, conocido como Farmaajo (anterior primer ministro y popular entre los habitantes de Mogadiscio).
La corrupción del TFG es legendaria. El pasado julio, un informe del Grupo de Vigilancia de Eritrea y Somalia de la ONU aseguró que, en 2009 y 2010, 7 de cada 10 dólares donados al TFG fueron robados por gente del Gobierno.
Retrasos y acusaciones de fraude
En los últimos días, han abundado los rumores y las acusaciones de que algunos candidatos presidenciales estaban intentando comprar votos de los diputados o asegurárselos a través de amenazas. Aunque estas acusaciones no se han podido verificar, sí hay muchas dudas sobre la limpieza y la legitimidad del proceso, también debido a la complicada situación en la que aún se encuentra Mogadiscio y al paupérrimo historial de los sucesivos Gobiernos de transición. “El futuro de Somalia depende de que todos y cada uno de los diputados voten por quien crean que puede liderar su país de la mejor forma posible”, declaró hace unos días Augustine P. Mahiga, representante especial de Naciones Unidas para Somalia. “Los animo a que lleven a cabo este voto de confianza sagrado libres de cualquier tipo de influencia externa”.