Internacional
Tiburones capitalistas vs indignados el círculo vicioso continúa
Mientras los indignados protestan por los abusos del capitalismo, los ricos de EE. UU. piden aún más privilegios como la rebaja de impuestos para ayudar a crear más empleos.
Las protestas de Ocupa Wall Street parecen no ser escuchadas por los "tiburones" del capitalismo. Las grandes corporaciones ahora argumentan una necesaria reducción de impuestos para que sus inversiones crezcan y logren crear más empleo.
El segundo más grande productor de energía de EE. UU., la compañía Chevron, exige al gobierno esta medida tributaria para la generación de empleo, lo que le ha generado críticas.
Por su parte, los economistas aseguran que los gigantes empresariales estadounidenses poseen más de 3 billones de dólares y no los invierten para potenciar y reflotar la economía nacional.
Que el germen de este conflicto social proceda de la crítica a los grandes capitales y sede en un país que debe su desarrollo precisamente al "sueño americano" resultaba inimaginable. Pero las reivindicaciones de los indignados en Wall Street, y ahora de otros a lo largo y ancho del país, demuestran que la mentalidad y los valores de la sociedad estadounidense se han transformado radicalmente.
“En este momento los ricos se vuelven más ricos, mientras la clase media se colapsa. Se ha establecido una guerra de clases en EE. UU. Y desgraciadamente el lado equivocado está ganando”, afirmó el senador independiente Bernie Sanders.
El así llamado 1% de privilegiados está compuesto por aquellos que representan a las compañías más exitosas, que este año, en medio de la crisis generada por ellas, han obtenido beneficios récord. No es de extrañar que estos datos provoquen la indignación del 99% restante de la población.
Solo el tiempo dirá si esta incipiente guerra de clases sociales se afianza en EE. UU., por el momento los que respaldan las manifestaciones de indignados en todo el país tocan un punto central del círculo vicioso del conflicto: si hay ricos es porque los pobres sostienen el sueño americano y si hay pobres es porque cada vez más la brecha se amplía para conveniencia de los de arriba.
Ante la cínica respuesta empresarial a las reivindicaciones populares solo queda preguntarse ¿por cuánto tiempo ignorará el líder del país las peticiones de ese 99%? Y sobre todo, ¿habrá una respuesta que vaya más allá de las promesas electorales para la contienda que se avecina?
¿Podrán estos acontecimientos despertar la conciencia democrática estadounidense y hacer realidad eso de "un hombre-un voto"? Si es así, el 1% resultará insuficiente para coronar las ansias de poder de cualquier candidato.
Mientras tanto, los activistas de "Ocupa Wall Street" no dejan de exigir que les aumenten impuestos a los millonarios para ayudar al sistema público. Para apoyar sus peticiones han creado instituciones alternativas a las del gobierno. Lucas Vázquez, uno de los organizadores del movimiento es el principal impulsor de aumentar la carga impositiva a los ricos.
| Las protestas de Ocupa Wall Street parecen no ser escuchadas por los "tiburones" del capitalismo. Las grandes corporaciones ahora argumentan una necesaria reducción de impuestos para que sus inversiones crezcan y logren crear más empleo.
El segundo más grande productor de energía de EE. UU., la compañía Chevron, exige al gobierno esta medida tributaria para la generación de empleo, lo que le ha generado críticas.
Por su parte, los economistas aseguran que los gigantes empresariales estadounidenses poseen más de 3 billones de dólares y no los invierten para potenciar y reflotar la economía nacional.
Que el germen de este conflicto social proceda de la crítica a los grandes capitales y sede en un país que debe su desarrollo precisamente al "sueño americano" resultaba inimaginable. Pero las reivindicaciones de los indignados en Wall Street, y ahora de otros a lo largo y ancho del país, demuestran que la mentalidad y los valores de la sociedad estadounidense se han transformado radicalmente.
“En este momento los ricos se vuelven más ricos, mientras la clase media se colapsa. Se ha establecido una guerra de clases en EE. UU. Y desgraciadamente el lado equivocado está ganando”, afirmó el senador independiente Bernie Sanders.
El así llamado 1% de privilegiados está compuesto por aquellos que representan a las compañías más exitosas, que este año, en medio de la crisis generada por ellas, han obtenido beneficios récord. No es de extrañar que estos datos provoquen la indignación del 99% restante de la población.
Solo el tiempo dirá si esta incipiente guerra de clases sociales se afianza en EE. UU., por el momento los que respaldan las manifestaciones de indignados en todo el país tocan un punto central del círculo vicioso del conflicto: si hay ricos es porque los pobres sostienen el sueño americano y si hay pobres es porque cada vez más la brecha se amplía para conveniencia de los de arriba.
Ante la cínica respuesta empresarial a las reivindicaciones populares solo queda preguntarse ¿por cuánto tiempo ignorará el líder del país las peticiones de ese 99%? Y sobre todo, ¿habrá una respuesta que vaya más allá de las promesas electorales para la contienda que se avecina?
¿Podrán estos acontecimientos despertar la conciencia democrática estadounidense y hacer realidad eso de "un hombre-un voto"? Si es así, el 1% resultará insuficiente para coronar las ansias de poder de cualquier candidato.
Mientras tanto, los activistas de "Ocupa Wall Street" no dejan de exigir que les aumenten impuestos a los millonarios para ayudar al sistema público. Para apoyar sus peticiones han creado instituciones alternativas a las del gobierno. Lucas Vázquez, uno de los organizadores del movimiento es el principal impulsor de aumentar la carga impositiva a los ricos.