La fundación “Al-Shahid”, que se ocupa de los hijos de los mártires de la Resistencia Islámica en Líbano, celebró una ceremonia de graduación por tercer año consecutivo en la sala principal de la escuela Al-Mahdi, sita en la carretera del aeropuerto, bajo el patrocinado del Secretario General de Hezbolá, su Eminencia Sayyed Hassan Nasrallah, quien inició su discurso con un saludo a los mártires, para confirmar a continuación que “hoy en día, estamos enfrentados a otro tipo de guerra, la guerra suave que dirige la Administración estadounidense”.


“Los que dirigen esta guerra suave, después de haber sido incapaces de invadir nuestras tierras, ahora quieren invadir nuestras mentes, nuestros pensamientos y nuestra cultura, para que no exista en el futuro entre nosotros hombres dispuestos a sacrificarse con su vida por defender la tierra contra el enemigo”, dijo.

“Ellos tienen miedo de nuestra forma de pensar, por ello quieren eliminar de nuestras mentes este sistema de valores, porque sin valores no sirven arma ni municiones”, añadió Nasrallah.


Prosiguió diciendo que “Hay medios de comunicación y cadenas de satélite que trabajan las 24 horas al día para distorsionar los valores y los conceptos de la Resistencia y el Martirio, con el fin de eliminar todo nuestro sistema intelectual y todo lo sagrado de nuestra creencia”.

El Secretario General de Hezbolá señaló que “necesitamos otro tipo de resistencia, una resistencia cultural e intelectual, para preservar nuestros valores y nuestra fe que son la razón de nuestra fuerza y el secreto de nuestra victoria”, y nuevamente recordó que se acabaron los tiempos de derrotas, hemos comenzado una nueva era de victorias sin límites”.


Su eminencia, Sayyed Nasrallah, ha reiterado que aquellos que creen que estamos “en apuros” o preocupados por los acontecimientos que suceden a nuestros alrededores, se equivocan mucho, confiamos en nuestras fuerzas y nuestras creencias y estamos preparados para cualquier tipo de confrontación. “Nuestra fe en Dios y en su promesa nos da la fuerza, la paciencia y la persistencia, sin importar el tamaño de los sacrificios. Cuando luchamos no lo hacemos como desesperados, sino luchamos confiados en la victoria. La fe que nos dio fuerza y paciencia durante treinta años de lucha contra el enemigo invasor, también nos da claridad en la visión, la cuestión no es de la cantidad de armas o material belico que tenemos, son elementos adicionales, el elemento esencial es el gran espíritu de los combatientes”, apostilló.