El presidente electo de Egipto, el miembro de Hermanos Musulmanes Mohamed Morsy, ha descartado este jueves que sea posible convertir el país en un Estado controlado por el movimiento islamista y ha asegurado que Egipto mantendrá su carácter nacional sin ser controlado por ninguna facción política.

Durante una reunión con los redactores jefe de varios diarios del país, Morsy ha desmentido que sus políticas sean las de Hermanos Musulmanes. "Eso no es verdad. Mi pasión es para Hermanos Musulmanes, pero mi política no", ha argumentado, al tiempo que ha reconocido que esa frase abre la puerta a ataques personales contra él.

Asimismo, ha señalado que las conversaciones sobre las garantías a los diferentes sectores sociales le desalientan. "Por ejemplo, las conversaciones sobre las garantías a los coptos son ilógicas. Son ciudadanos iguales al resto en el país, por lo que no deberían estar preocupados", ha agregado.

Así, ha dicho que debe entenderse que todos los egipcios han de cooperar para llevar al país en la buena dirección. "Incluso cuando estemos luchando debemos trabajar a favor de nuestro país, para defenderlo del enemigo", ha dicho.

Por otra parte, Morsy ha dicho que se niega a que embajadores o extranjeros acudan al acto en el que jurará su cargo, ya que considera que el evento ha de estar limitado a la población egipcia. En este sentido, ha revelado que el Departamento de Estado estadounidense le pidió que se reuniera con la secretaria de Estado, Hillary Clinton, el domingo, pero que ha pospuesto el encuentro.