Estudiantes de la Universidad de Columbia reanudan protestas contra la guerra israelí en Gaza

Con el regreso a clases de la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York, volvieron también las protestas contra la guerra israelí respaldada por EEUU en Gaza.

Previo al inicio de clases, decenas de los estudiantes de la Universidad de Columbia protestaron este martes contra el continuo apoyo de la universidad a la guerra genocida israelí en Gaza y la represión de las voces estudiantiles a favor de Palestina.

Frente a la entrada principal de la universidad, portando banderas palestinas, los estudiantes coreaban lemas como “Palestina libre”, “Resistir hasta la victoria”, “Más de 100.000 muertos, Columbia tus manos están rojas”.

La icónica estatua Alma Mater del campus quedó teñida de rojo en referencia a la sangre derramada de los palestinos en la Franja de Gaza, de la que acusan a la Universidad de ser responsable.

Columbia cerró algunas entradas y limitó el acceso al campus a estudiantes, personal e invitados con autorización, según el sitio web de la universidad.

La Universidad de Columbia Apartheid Divest (una coalición liderada por estudiantes de más de 100 organizaciones) denunció que las bombas que caen sobre el pueblo de Gaza no sólo son fabricadas en Estados Unidos sino que también son facilitadas por “las inversiones de la Universidad de Columbia en la maquinaria de guerra imperial”.

Mientras tanto, la agrupación Estudiantes de Columbia por la Justicia en Palestina ha asegurado que la protesta de este martes era “solo el comienzo” y ha prometido: “No nos detendremos ni descansaremos hasta que Columbia se deshaga del apartheid y el genocidio”.

La Universidad de Columbia en Nueva York ha sido el lugar de nacimiento de las protestas propalestinas que se extendieron a los campus universitarios de todo Estados Unidos durante las últimas semanas del semestre pasado, entre abril y julio.

Los manifestantes, que exigían el fin de la guerra apoyada por Estados Unidos que hasta ahora ha matado a más de 40.819 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, y herido a otros 94.300, fueron respondidos con brutal violencia policial.