Túnez ha sido escenario ayer de una serie de arrestos y detenciones de miembros de lo que se llama “salafismo yhadista” afiliado a la organización Al Qaeda, y de otros perturbadores, tras los disturbios de la noche del lunes, en varios puntos de la capital, que dejaron un centenar de heridos.

"Hemos detenido a 97 personas en los círculos del “salafismo yihadista” y otros delincuentes con antecedentes judiciales, todos implicados en los incidentes de la noche del lunes", dijo Lotfi Haiduri, responsable de prensa del ministerio del Interior.

“Los arrestos continuarán en las localidades donde hubo actos de violencia” indicó Haiduri.
Explicó Haiduri que “los disturbios comenzaron en los barrios del centro de la capital y en la zona norte”, y aclaró que “un tribunal fue incendiado, un coche de bomberos, y dos centros de policía, además de romper los escaparates de varios centros oficiales”.

Los disturbios dejaron un centenar de heridos, entre ellos 65 miembros de las fuerzas del orden.


Estos brotes de violencia están aparentemente relacionados con una exposición en La Marsa (periferia norte de Túnez) que se llevó a cabo entre el 2 y el 10 de junio, cuyas obras fueron consideradas por salafistas como ofensas para el Islam.

Este martes se produjeron nuevos disturbios en la ciudad de Jenduba, en el noroeste del país, cuando los grupos salafistas incendiaron con “molotov” las oficinas de la “Unión General del Trabajo”, así como los locales de partidos políticos de oposición, fueron atacados.

Los asaltantes también incendiaron por la mañana un camión transportando bebidas alcohólicas y bloquearon la carretera delante de la dirección regional de la protección civil en la ciudad, indicó la agencia tunecina de noticias.

Los ministerios de Interiores y de Defensa declararon el toque de queda desde la noche de el martes, en la capital y otras ocho provincias.