Internacional
En Túnez crece el conflicto entre Interiores y los sindicatos de seguridad
Los tunecinos salen del miedo y exigen sus derechos sindicales
Túnez – Rawaa El Kassem
La relación entre el ministro del interior en el gobierno temporal, Sayyed Ali el Arid, y los sindicados de seguridad no parece estar en sus mejores tiempos, existe bastante tensión entre ellos últimamente, hecho que molesta la opinión pública tunecina dada la importancia de este servicio público en el mantenimiento del orden e imponer la disciplina, especialmente después de haber experimentado, los tunecinos, la amargura del desorden en seguridad por primera vez en su historia, durante los días que procedieron a la fuga del ex presidente Zein Abidine Bin Ali
Los tunecinos no quieren repetir el escenario de terror que forzó a millones a formar comités locales de la población para protegerse y para proteger sus barrios y sus bienes, tanto de las bandas criminales como de las milicias armadas y de los francotiradores que provocaron el terror entre la población ya alarmada por las noticias que llegaban sobre combates entre el ejército nacional y la guardia presidencial para controlar el poder.
Los raíces de la disputa
El conflicto comenzó cuando el ministro del interior ha despedido al coronel El Mounssef El Ojaimi que empeñaba el cargo de director de las fuerzas de seguridad interna, lo que hizo que los sindicatos de seguridad se manifestara en protesta a esa decisión contra un compañero que, si se demostrara su implicación en la opresión de la revolución, se supone que cumplía órdenes de Bin Ali que era el presidente de la república y el jefe del Sayyed Mounssef el Ojaimi. La doctrina de los ejércitos y los hombres de seguridad es obedecer las órdenes de sus superiores, y que el jefe es responsable de las acciones de sus dependientes.
La protesta de las fuerzas de seguridad por el despido de su compañero fue respondida por manifestación contraria de los partidarios del movimiento el Nahda, que se movieron en apoyo a la decisión de su ministro. Además había personas que fueron acusados de ser militante del movimiento del Nahda, rompieron una sentada de los hombres de seguridad en el patio del Kasba, la sede del gobierno tunecino, con fuerza y de una manera ofensiva a los hombres de seguridad que supuestamente deben representar el prestigio del estado y en su respecto se cae la fuerza del estado y su soberanía.
Negligencia
Lo que empeoró la situación es la negligencia de las fuerzas de seguridad de perseguir a los miembros pertenecientes al movimiento salafista que asaltaron a personas y a propiedades públicas y privadas en más de una provincia tunecina del norte hasta el sur del país, siendo la última hazaña cuando en la ciudad de Jandouba donde encendieron un hotel por el pretexto de que vende bebida alcohólica, además de incendiar también centros de la seguridad a causa de que las fuerzas de seguridad habían detenido personas que eran del movimiento salafista.
Los sindicados de seguridad, en un comunicado, explicó que esta negligencia viene motivada por el deseo de los grandes oficiales en el ministerio del interior encabezados por el ministro Ali El Arid de controlarse los miembros de seguridades y no interferir sino cuando sea necesario y esperar las instrucciones, actitud rechazada por los sindicados de seguridad, según el comunicado, que llaman a los tunecinos a rodear la institución de seguridad contra la politización al que es objeto, asimismo establecer una seguridad presidencial que no dependa de una tendencia política. Y ha advertido a todos de las consecuencias de deslizamiento a un punto desastroso si continúan estos asaltos reivindicados por un grupo de tunecinos pertenecientes al movimiento salafista.
Con firmeza
El ministro del interior Ali Arid no se mantuvo con los brazos cruzados en este asunto, sino acusó en un comunicado a los sindicatos de seguridad de politizar el trabajo sindical y difundir comunicados que incluyen incitación clara a quebrantar la ley y provocar sediciones en el país, por lo tanto, declara que iba a publicar un folleto para organizar el trabajo sindical. Asimismo, el primer ministro Sayyed Hamadi el jabalí criticó los sindicatos de seguridad y consideró que están realizando un papel negativo, confirmó que va poner fin a estos abusos, según sus palabras. Se publicó un folleto que contiene las leyes y decretos relacionados con este tema. En esta publicación se exige a los sindicados de seguridad el cumplimiento de algunas instrucciones, y esto fue considerado por muchos como un deseo del Gobierno de controlar el sector de seguridad después de haber fracasado en someter el sector informativo y la unión general de trabajadores tunecino, y tal vez a los jueces durante batallas que distraen la atención de los tunecinos de los temas más importantes, por los cuales comenzó la revolución.
Protesta
De su parte, los sindicatos de seguridad protestaron a las decisiones del ministro rechazando las acusaciones a su contra de parte del ministro del interior. El sindicato criticó lo que consideró “lenguaje del desprecio” utilizado por el ministro, como si fueran ciudadanos de segunda, según la expresión de la unión de los sindicatos de seguridad en su comunicado. El comunicado advirtió al ministro de una manera fuerte, que “ninguna parte política, sea cual fuera su posición, puede hablar con los participantes de la fundación de seguridad de esta manera”. El comunicado menciona que el trabajo sindical no tiene tutela política, o administrativa y por tanto el ministro del interior no tiene poder sobre el sindicato.
Esta crisis que tiene la escena política tunecina estos días entre el ministro del interior y los sindicatos de seguridad, se defieren los observadores en describirla, entre ellos hay quien teme de la inseguridad en caso de aumentar la tensión y las fuerzas de seguridad vayan a la huelga para presionar el ministro. Y hay quien da la bienvenida a este movimiento en la escena política tunecina que es única de su forma en el mundo árabe, exceptuando dos o tres países. Túnez después de la revolución tiene la libertad de expresión y la libertad del trabajo sindical, después de que estas libertades estaban congeladas antes de la revolución, que eran como leyes que no existen en la vida real. Los tunecinos según estos no tienen el temor de exigir sus derechos aunque sea del ministro del interior y el equipo ministerial.
| Túnez – Rawaa El Kassem
La relación entre el ministro del interior en el gobierno temporal, Sayyed Ali el Arid, y los sindicados de seguridad no parece estar en sus mejores tiempos, existe bastante tensión entre ellos últimamente, hecho que molesta la opinión pública tunecina dada la importancia de este servicio público en el mantenimiento del orden e imponer la disciplina, especialmente después de haber experimentado, los tunecinos, la amargura del desorden en seguridad por primera vez en su historia, durante los días que procedieron a la fuga del ex presidente Zein Abidine Bin Ali
Los tunecinos no quieren repetir el escenario de terror que forzó a millones a formar comités locales de la población para protegerse y para proteger sus barrios y sus bienes, tanto de las bandas criminales como de las milicias armadas y de los francotiradores que provocaron el terror entre la población ya alarmada por las noticias que llegaban sobre combates entre el ejército nacional y la guardia presidencial para controlar el poder.
Los raíces de la disputa
El conflicto comenzó cuando el ministro del interior ha despedido al coronel El Mounssef El Ojaimi que empeñaba el cargo de director de las fuerzas de seguridad interna, lo que hizo que los sindicatos de seguridad se manifestara en protesta a esa decisión contra un compañero que, si se demostrara su implicación en la opresión de la revolución, se supone que cumplía órdenes de Bin Ali que era el presidente de la república y el jefe del Sayyed Mounssef el Ojaimi. La doctrina de los ejércitos y los hombres de seguridad es obedecer las órdenes de sus superiores, y que el jefe es responsable de las acciones de sus dependientes.
La protesta de las fuerzas de seguridad por el despido de su compañero fue respondida por manifestación contraria de los partidarios del movimiento el Nahda, que se movieron en apoyo a la decisión de su ministro. Además había personas que fueron acusados de ser militante del movimiento del Nahda, rompieron una sentada de los hombres de seguridad en el patio del Kasba, la sede del gobierno tunecino, con fuerza y de una manera ofensiva a los hombres de seguridad que supuestamente deben representar el prestigio del estado y en su respecto se cae la fuerza del estado y su soberanía.
Negligencia
Lo que empeoró la situación es la negligencia de las fuerzas de seguridad de perseguir a los miembros pertenecientes al movimiento salafista que asaltaron a personas y a propiedades públicas y privadas en más de una provincia tunecina del norte hasta el sur del país, siendo la última hazaña cuando en la ciudad de Jandouba donde encendieron un hotel por el pretexto de que vende bebida alcohólica, además de incendiar también centros de la seguridad a causa de que las fuerzas de seguridad habían detenido personas que eran del movimiento salafista.
Los sindicados de seguridad, en un comunicado, explicó que esta negligencia viene motivada por el deseo de los grandes oficiales en el ministerio del interior encabezados por el ministro Ali El Arid de controlarse los miembros de seguridades y no interferir sino cuando sea necesario y esperar las instrucciones, actitud rechazada por los sindicados de seguridad, según el comunicado, que llaman a los tunecinos a rodear la institución de seguridad contra la politización al que es objeto, asimismo establecer una seguridad presidencial que no dependa de una tendencia política. Y ha advertido a todos de las consecuencias de deslizamiento a un punto desastroso si continúan estos asaltos reivindicados por un grupo de tunecinos pertenecientes al movimiento salafista.
Con firmeza
El ministro del interior Ali Arid no se mantuvo con los brazos cruzados en este asunto, sino acusó en un comunicado a los sindicatos de seguridad de politizar el trabajo sindical y difundir comunicados que incluyen incitación clara a quebrantar la ley y provocar sediciones en el país, por lo tanto, declara que iba a publicar un folleto para organizar el trabajo sindical. Asimismo, el primer ministro Sayyed Hamadi el jabalí criticó los sindicatos de seguridad y consideró que están realizando un papel negativo, confirmó que va poner fin a estos abusos, según sus palabras. Se publicó un folleto que contiene las leyes y decretos relacionados con este tema. En esta publicación se exige a los sindicados de seguridad el cumplimiento de algunas instrucciones, y esto fue considerado por muchos como un deseo del Gobierno de controlar el sector de seguridad después de haber fracasado en someter el sector informativo y la unión general de trabajadores tunecino, y tal vez a los jueces durante batallas que distraen la atención de los tunecinos de los temas más importantes, por los cuales comenzó la revolución.
Protesta
De su parte, los sindicatos de seguridad protestaron a las decisiones del ministro rechazando las acusaciones a su contra de parte del ministro del interior. El sindicato criticó lo que consideró “lenguaje del desprecio” utilizado por el ministro, como si fueran ciudadanos de segunda, según la expresión de la unión de los sindicatos de seguridad en su comunicado. El comunicado advirtió al ministro de una manera fuerte, que “ninguna parte política, sea cual fuera su posición, puede hablar con los participantes de la fundación de seguridad de esta manera”. El comunicado menciona que el trabajo sindical no tiene tutela política, o administrativa y por tanto el ministro del interior no tiene poder sobre el sindicato.
Esta crisis que tiene la escena política tunecina estos días entre el ministro del interior y los sindicatos de seguridad, se defieren los observadores en describirla, entre ellos hay quien teme de la inseguridad en caso de aumentar la tensión y las fuerzas de seguridad vayan a la huelga para presionar el ministro. Y hay quien da la bienvenida a este movimiento en la escena política tunecina que es única de su forma en el mundo árabe, exceptuando dos o tres países. Túnez después de la revolución tiene la libertad de expresión y la libertad del trabajo sindical, después de que estas libertades estaban congeladas antes de la revolución, que eran como leyes que no existen en la vida real. Los tunecinos según estos no tienen el temor de exigir sus derechos aunque sea del ministro del interior y el equipo ministerial.