Huida masiva de los palestinos de Rafah ante la intensificación de los ataques israelíes

El número de palestinos que ha huido durante los últimos cuatro días de la ciudad de Rafah, en la frontera entre la Franja de Gaza y Egipto, a causa del incremento de los bombardeos y tras el inicio el martes de una incursión militar en la ciudad por parte del ejército de ocupación israelí ha aumentado a cerca de 110.000, según indicó la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA).

“La UNRWA calcula que alrededor de 110.000 personas han huido ya de Rafah buscando seguridad, pero no hay ningún sitio seguro y las condiciones de vida son atroces”, dijo la agencia en un mensaje en su cuenta en la red social X.

Así, recalcó que ante la “intensificación” de los bombardeos por parte del ejército israelí contra la ciudad, “el desplazamiento forzoso continúa”. “La única esperanza es un alto el fuego inmediato”, señaló la UNRWA, en medio de las alertas internacionales por el agravamiento de la situación.

Por su parte, el ejército sionista confirmó nuevas operaciones durante el último día en Rafah, donde aviones de combate llevaron a cabo bombardeos contra “varias áreas”.

El ejército israelí afirmó además que ha llevado a cabo operaciones en la ciudad de Gaza (norte) para “seguir desmantelando infraestructuras terroristas y eliminado terroristas”, según dijo. En total, durante el último día habrían sido bombardeados al menos 40 “objetivos”.

El ejército israelí anunció el martes el control del lado palestino del paso de Rafah, en la frontera con Egipto, suspendiendo las operaciones humanitarias, lo que ha hecho aumentar la preocupación internacional por el ahondamiento de la crisis humanitaria.

Durante la jornada del miércoles, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó por primera vez que dejará de enviar armamento a la entidad sionista en caso de que inicie una incursión a gran escala en Rafah, donde se refugian más de 1,4 millones de palestinos, la mayoría de ellos desplazados desde otros puntos del enclave tras más de siete meses de ofensiva, al considerar que podría utilizarse para matar a civiles.