Más de 40 personas murieron y por lo menos 170 resultaron heridas este jueves en los atentados que sacudieron Damasco, la capital de Siria, indicó la televisión estatal siria.
"Ocho bolsas están llenas con restos humanos", informó la televisión citando al ministerio de Salud.

Los ataques ocurrieron hacia las ocho de la mañana hora local (05h00 GMT) de forma casi simultánea en la zona de Qazaz, al sur de Damasco. La televisión estatal informó de que los atentados fueron cometidos por "terroristas" en una avenida de gran circulación "en momentos en que las personas se dirigían a sus trabajos y los niños a la escuela". La mayoría de las víctimas podrían ser civiles, añadió la red de televisión.


Dos enormes columnas de humo se elevaban en el centro de la capital, donde los cristales de numerosos edificios se sacudieron por las explosiones, según un corresponsal de AFP.

Un fotógrafo de AFP constató que varios vehículos civiles fueron destruidos por los estallidos y el frente de varios edificios parcialmente afectados en la zona de los atentados.

En el lugar de los atentados, los cuerpos destrozados se mezclaban con los automóviles destrozados y los escombros provocados por la fuerte explosión que creó un cráter de tres metros de profundidad en el suelo y dejó numerosos edificios semidestruidos.


Los servicios de rescate, ayudados por los vecinos, retiraban los cadáveres calcinados de entre los restos de vehículos, aún humeantes.

"¿Esta es la libertad que ustedes quieren? Niños que iban a la escuela y empleados que iban a sus trabajos han muerto", gritaba un vecino, aturdido en medio del espectáculo desolador. El número de víctimas fatales podría ascender a 50 personas, según testigos presenciales.


Estos ataques se producen en un momento en que la comunidad internacional multiplica sus peticiones hacia las partes en conflicto en Siria para que no entren en una guerra civil. Incluso los observadores internacionales desplegados en el país fueron blanco de un ataque el miércoles. Una bomba explotó al paso de su convoy y 10 soldados sirios que escoltaban el convoy resultaron heridos.

Este jueves, el jefe de la misión de observadores, el general noruego Robert Mood, se personó en el lugar de los atentados y pidió ayuda para contener la violencia en el país. "Nosotros, la comunidad internacional, estamos aquí con el pueblo sirio y pido ayuda a todo el mundo en Siria y en el exterior para detener la violencia", declaró Mood a la prensa.