Tomás Borge, el fundador del Frente Sandinista y temido ex ministro del Interior, fue sepultado con un multitudinario acto frente a la emblemática plaza de la Revolución. Borge falleció la noche del lunes, a los 81 años, en el hospital militar "Dávila Bolaños" de Managua, donde el pasado 6 de abril fue sometido a una intervención quirúrgica para tratar una afección pulmonar, cuyo origen no se precisó.

"Tomás era un ser extraordinario", expresó Ortega ante miles de simpatizantes sandinistas que llegaron a la plaza Juan Pablo II, al norte de la capital, a dar el último adiós a Borge, en una emotiva ceremonia que contó con la presencia del canciller venezolano, Nicolás Maduro y delegaciones de gobiernos amigos.


Tras un homenaje de cuerpo presente, la guardia de honor de la policía trasladó el féretro del líder sandinista hasta su cripta, frente a la plaza de la Revolución, donde yacen los restos de otro fundador del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), Carlos Fonseca, porque "esa era su voluntad" dijo el mandatario.

Ortega, su esposa Rosario Murillo, correligionarios y familiares acompañaron el féretro de Borge hasta el panteón, donde después de siete cañonazos fue sepultado con honores de jefe de Estado. "Patria libre o morir. Viva Tomás", exclamaron con tristeza los sandinistas en medio de la noche ante su cripta, que colmaron de flores y luces.

Durante su intervención Ortega destacó la lucha de Borge, quien en 1961 fundó junto a un grupo de revolucionaros la guerrilla del FSLN (izquierda), ahora en el poder, para combatir a la entonces dictadura somocista, derrocada en 1979.