Internacional
El fracaso de Sarkozy y la subida de Marine Le Pen
Hollande culpa a Sarkozy del ascenso de la extrema derecha de Le Pen
El candidato socialista a la presidencia de Francia, François Hollande, ha acusado a su rival conservador, Nicolás Sarkozy, del ascenso de la extrema derecha en la primera vuelta de las elecciones, en las que obtuvo el 18% de los votos, su mejor resultado histórico.
Esa subida de la ultraderechista Marine Le Pen "es el fracaso del candidato saliente. La extrema derecha tenía el 10% en 2007, ahora tiene el 18 %. Algo ha pasado. Un enfado, una frustración. Ese mensaje tiene que ser escuchado. Para el saliente es demasiado tarde, para mi es necesario", afirmó Hollande a la prensa ante su cuartel general de campaña.
El candidato socialista indicó que muchos de los votantes de Le Pen "no se adhieren a las ideas de la extrema derecha" pero han querido con su voto "insistir sobre una situación que les parece insoportable".
"Tengo que hablarles y hacerles ver que su mensaje me ha llegado", dijo.
Hollande señaló que otros electores también han depositado un sufragio de protesta contra la política de Sarkozy, al que, recordó, no votó el 73% del electorado.
"Voy a dirigirme a todos los electores que han dicho no al candidato saliente y que ahora tienen que decir sí a un candidato que representa el cambio", comentó.
Hollande, que se consideró "algo más que el candidato del Partido Socialista", afirmó que en los próximos mítines de campaña repetirá un mensaje de "unidad".
"Tenemos que levantarnos juntos, unidos en torno a un gran proyecto, que es el de la juventud. Voy a decir a los franceses que voy a proteger sus empleos, luchar contra el paro, que no voy a dejar a nadie de lado, a ningún territorio abandonado", afirmó.
El candidato socialista insistió en que quiere cambiar la forma de presidir el país que ha llevado a cabo Sarkozy durante los últimos cinco años. Para ello, Hollande prometió "respeto que se merece cada ciudadano" y "la ejemplaridad y la moralización" de la función presidencial.
"Los franceses quieren que quienes ejercen las máximas responsabilidades del país sean ciudadanos como los demás, que muestren que pueden encarnar el ejemplo", afirmó.
Fuente: agencias
| El candidato socialista a la presidencia de Francia, François Hollande, ha acusado a su rival conservador, Nicolás Sarkozy, del ascenso de la extrema derecha en la primera vuelta de las elecciones, en las que obtuvo el 18% de los votos, su mejor resultado histórico.
Esa subida de la ultraderechista Marine Le Pen "es el fracaso del candidato saliente. La extrema derecha tenía el 10% en 2007, ahora tiene el 18 %. Algo ha pasado. Un enfado, una frustración. Ese mensaje tiene que ser escuchado. Para el saliente es demasiado tarde, para mi es necesario", afirmó Hollande a la prensa ante su cuartel general de campaña.
El candidato socialista indicó que muchos de los votantes de Le Pen "no se adhieren a las ideas de la extrema derecha" pero han querido con su voto "insistir sobre una situación que les parece insoportable".
"Tengo que hablarles y hacerles ver que su mensaje me ha llegado", dijo.
Hollande señaló que otros electores también han depositado un sufragio de protesta contra la política de Sarkozy, al que, recordó, no votó el 73% del electorado.
"Voy a dirigirme a todos los electores que han dicho no al candidato saliente y que ahora tienen que decir sí a un candidato que representa el cambio", comentó.
Hollande, que se consideró "algo más que el candidato del Partido Socialista", afirmó que en los próximos mítines de campaña repetirá un mensaje de "unidad".
"Tenemos que levantarnos juntos, unidos en torno a un gran proyecto, que es el de la juventud. Voy a decir a los franceses que voy a proteger sus empleos, luchar contra el paro, que no voy a dejar a nadie de lado, a ningún territorio abandonado", afirmó.
El candidato socialista insistió en que quiere cambiar la forma de presidir el país que ha llevado a cabo Sarkozy durante los últimos cinco años. Para ello, Hollande prometió "respeto que se merece cada ciudadano" y "la ejemplaridad y la moralización" de la función presidencial.
"Los franceses quieren que quienes ejercen las máximas responsabilidades del país sean ciudadanos como los demás, que muestren que pueden encarnar el ejemplo", afirmó.
Fuente: agencias