El Ejército de Guinea Bissau mantenía detenidos este viernes al presidente, Raimundo Pereira, y al primer ministro, Carlos Gomes Junior, y controlaba la capital, al día siguiente de una tentativa de golpe que parecía tener posibilidades de éxito.

Estados Unidos pidió el regreso de un poder civil y tanto la Unión Africana (UA) como la Comunidad Económica de Estados de África del Oeste (CEDEAO) condenaron el golpe en este país, muy inestable, donde los rumores de golpe se hacían insistentes desde hacía días, a medida que se acercaba la segunda vuelta de las presidenciales, el 29 de abril.

Raimundo Pereira "fue detenido el jueves por la noche en su residencia por un grupo de militares" en Bissau y "llevado hacia un destino desconocido", indicó a la AFP un miembro de su guardia cercana. Carlos Gomes Junior también "fue detenido ayer (jueves) por militares.

Varios responsables políticos fueron detenidos el jueves por la noche y llevados a la sede del Estado Mayor, según una fuente militar. Otros están siendo "activamente buscados", añadió.
Los soldados estaban desplegados este viernes por la mañana por toda la ciudad. "Los militares están en todas partes y prohíben algunos accesos. Las radios no funcionan", afirmó a la AFP una fuente diplomática en Bissau.

Los países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU condenaron el golpe de Estado en Guinea Bissau y reclamaron el regreso del gobierno civil, indicó la embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Susan Rice.

Estados Unidos exhortó a "todas las partes a depositar las armas y restaurar el liderazgo legítimo de los civiles", declaró la embajada en Dakar. Portugal también llamó a "al respeto de la legalidad".

La presidente de la comisión de la UA, Jean Ping, condenó en un comunicado la "inadmisible" intentona y advirtió que la organización "no aceptará ninguna toma de poder por vías anticonstitucionales" y la CEDEAO condenó "formalmente y con vigor" el golpe.