Internacional
Grecia inaugura su primer campamento para migrantes “cerrado”
El gobierno griego inaugura este sábado en la isla griega de Samos, cerca de las costas de Turquía, el primer campamento de migrantes “cerrado y con los accesos controlados”, una modalidad que preocupa a las asociaciones defensoras de derechos humanos.
Los accesos al campo están protegidos con alambres de púas, cámaras de vigilancia, escáneres con rayos x, además de puertas magnéticas en la entrada.
Este campamento fue diseñado como una prisión y sólo podrán acceder los solicitantes de asilo que tengan tarjetas con chips electrónicos. Las puertas estarán cerradas durante la noche.
La Unión Europea dijo que invertiría 276 millones de euros (326 millones de dólares) para la construcción de estos polémicos campos en las cinco islas griegas del mar Egeo: Leros, Lesbos, Cos, Samos y Quíos.
A ellas llegan la mayoría de refugiados y migrantes procedentes de Turquía.
“Este modelo de estructuras controladas se aplicará gradualmente en todas las islas y en el territorio continental de Grecia”, aseguró durante el verano el ministro griego de Inmigración, Notis Mitarachi.
El centro de Samos servirá como proyecto “piloto” para futuros centros que se construirán en otras islas, como Leros, donde está prevista la apertura de un campamento dentro de cinco meses.
En Lesbos, donde el año pasado quedó destrozado el campamento de Moria, el más grande de migrantes en Europa, también construirán un centro de este tipo, pero las obras aún no empezaron.
El gobierno griego defiende que estos centros servirán para mejorar la calidad de vida (agua potable, baños, más seguridad) de los migrantes en comparación con los anteriores, conocidos por la situación muy precaria de sus residentes.
El anterior campo de Samos, cerca del puerto de Vathi, tenía una capacidad para 600 personas, pero en determinados momentos llegaron a vivir allí hasta 7.000.
Plagas de ratas, improvisadas barracas sin tejado, la falta de duchas y baños eran parte de la lista de dificultades a las que se confrontaban sus habitantes.
Pero los residentes de estos campamentos improvisados disponían de cierta libertad de movimientos, algo que podría no suceder con los nuevos campos.
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