Internacional
CAMERON PROMETE CASTIGAR LOS SAQUEADORES OPORTUNISTAS
El primer ministro británico, David Cameron, prometió hoy el jueves de castigar a los saqueadores oportunistas responsables de los peores incidentes en décadas en el país y declaró que la policía falló de bloquear los disturbios desde el inicio.
En una sesión parlamentaria de emergencia el líder conservador declaró que: "El contraataque ha comenzado de verdad", para lidiar la crisis y definir el mandato.
El primer ministro británico declaró en unas palabras brutas diciendo: "En cuanto a la minoría descontrolada, los criminales que se llevaron lo que pudieron, les digo: vamos a perseguirlos, vamos a encontrarlos, vamos a acusarlos, vamos a castigarlos. Van a pagar por lo que hicieron".
Hasta la data de hoy la policía ha arrestado a más de 1.200 personas en Gran Bretaña, llenando las prisiones y forzando a los tribunales a trabajar todas las noches para procesar cientos de casos criminales. Como mencione ayer los acusados tenían edad de 11 años, además un profesor ayudante.
Cameron está bajo presión para suavizar su plan de austeridad, reforzar la presencia policial y hacer más para ayudar a las comunidades desfavorecidas, tras días de disturbios que revelaron las tensiones sociales de una economía deprimida.
Pero negó que las privaciones o los recortes planificados por el Gobierno, que en su mayoría aún no han sido implementados, hayan causado los disturbios. El primer ministro reconoció que la respuesta policial inicial fue inadecuada admitiendo que: "Había muy pocos policías desplegados en las calles. Las tácticas que usaron no funcionaron".
Defendiendo los recortes de los fondos para la policía frente a las críticas del líder de la oposición del Partido Laborista, Ed Miliband, Cameron propuso dar un mayor poder a la fuerza, incluyendo el derecho de los agentes a exigir que una persona se descubra la cara si fue sospechoso cometiendo un acto criminal.
Cameron prometió la presencia de 16.000 policiales en las calles de Londres durante el fin de semana y afirmó que podría pedir la intervención del Ejército como un role secundario en futuros disturbios, con el fin de liberar a policías de primera línea. También ofreció compensaciones para aquellos negocios cual recibieron danos y destrucción incluso aunque no estuvieran asegurados.
Los disturbios, que se desataron primero en el norte de Londres después de la muerte de un hombre de origen afro caribeño padre de cuatro hijos en manos de la policía, costarán a las aseguradoras más de 200 millones de libras (320 millones de dólares), estimó la Asociación Británica de Seguros.
Cameron, quien ya autorizó el uso de bastones y cañones de agua, dijo que también exploraría poner límites al uso de redes sociales si éstas fueran utilizadas para planear actos de "violencia, desorden y criminalidad". Los líderes están preocupados de que la violencia haya dañado la confianza en la economía en Londres, uno de los mayores centros financieros del mundo y sede de los Juegos Olímpicos del año que viene.
Argumentando que la policía, el Gobierno local y los trabajadores voluntarios deben trabajar juntos para detener a las bandas violentas en las comunidades más desfavorecidas, enfatizó: "Quiero que esto sea una prioridad nacional".
El aumento en el número de agentes desplegados ayudó a llevar la calma a Londres y otras ciudades como Manchester y Birmingham el miércoles por la noche, pero cuatro días de desórdenes casi sin oposición han avergonzado a las autoridades y dejado barrios enteros destrozados.
Las tensiones sociales han crecido en Gran Bretaña mientras el país lucha por salir de una recesión económica de 18 meses, un desempleo que afecta a uno de cada cinco jóvenes y una elevada inflación que condiciona los ingresos y perjudica a los que menos tienen. La crisis también expuso a Gran Bretaña los ataques de los oportunistas y al ridículo de países resentidos por las frecuentes críticas de Occidente, como Irán y Libia, que acusan al Gobierno de hipocresía.