Un terremoto de magnitud 7,1 sacudió el domingo el centro-sur de Chile, en uno de los temblores más fuertes desde el devastador terremoto de 2010, lo que activó la evacuación preventiva de miles de familias en algunas zonas costeras.

"Afortunadamente, en este instante, la situación está bajo control", dijo el presidente Sebastián Piñera desde Corea del Sur.

El pánico se apoderó de miles de personas, que recordaron con horror el terremoto de magnitud 8,8 que en la oscuridad de la madrugada del 27 de febrero de 2010 dejó unos 500 muertos y casas, hospitales y carreteras colapsados.

El suministro eléctrico sufrió interrupciones en algunas zonas, pero gradualmente se retomaba el abastecimiento, especialmente en algunas localidades del sur del país, como Constitución y Cauquenes, duramente golpeadas por el terremoto de 2010.

Al menos una persona ha muerto, tres han resultado heridas y 7.000 han sido evacuadas de forma preventiva a causa del terremoto, según han informado las autoridades del país sudamericano.

Una mujer de 74 años de edad ha muerto en Horacio Villablanca por un infarto. Por su parte, la Oficina Nacional de Emergencias del Ministerio del Interior (ONEMI) ha indicado que hay tres heridos como consecuencia del temblor: uno ha sufrido un accidente de tráfico en la región de Biobío y dos han sido aplastados por el techo de un templo de Maipú.

Además, unas 7.000 personas de las localidades ubicadas a 30 metros sobre el nivel del mar en la región de Maule han sido evacuadas a zonas montañosas, ya que, a pesar de que las autoridades han descartado un tsunami, los habitantes han observado movimientos marítimos poco comunes.