Internacional
Los mártires en Bahréin, creencia en el derecho de existir en un mundo de negación
Mohamed Bahreiní
La sangre derramada de los mártires de Bahréin corona la tierra de la patria con la gloria, el aniversario de marzo respira la aroma del martirio, el pueblo bahreiní todavía es capaz de sacrificar y persistir, con sus sucesivas generaciones. Durante diez días, ese pueblo consagró algunos de sus mártires, Fadel Oubeidi, Jaafar Mauali, Sabri Mahfouz, como un vivo ejemplo de una sucesión de generaciones en la senda del martirio.
Fadel Oubeidi, un caso parecido a su tío Radi que murió hace veinte y seis años en la prisión del régimen bahreiní, a causa de las torturas al que fue objeto, duras torturas que fueron producidas después de haber sido condenado a muchos años de prisión. El mártir Radi murió antes del nacimiento de su sobrino, cuatro años separan el martirio de Radi del nacimiento del muchacho que percibía las aspiraciones de su tío, sufría por lo que ha padecido su tío, y no tenía más opción que seguir sus pasos en la senda del martirio, la misma senda que el tío trazó con su propia sangre.
Es un ejemplo de lo que ocurrió y sigue ocurriendo en Bahréin, pero ¿Dónde está el mundo ante esa realidad? Los Estados Unidos y sus seguidores en la región, junto a Gran Bretaña y Francia prestan oídos sordos a lo que sucede en Bahréin, en cuanto a los intelectuales del mundo árabe y los Ulemas de los musulmanes, no ven ninguna necesidad de defender a Bahréin, ya que es una revolución sectaria, de acuerdo a la “fatwa” (decreto religioso) del Sheikh Youssef Qaradawi, el mismo que legalizó las matanzas en Siria, pero en Bahréin se detuvo, es más, instó contra los bahreiníes cuando calificó su revolución de sectaria. El hijo de Qaradawi, Abdel Rahman, habló al diario egipcio el “Séptimo Día” sobre la revolución en Bahréin, empezó su conversación con palabras razonables y equilibradas, luego se disculpó cuando le pidieron escribir un poema sobre Bahréin, alegando que hasta que no vea “los chiíes y los suníes rezar juntos en la plaza de la perla”, según dijo. De una parte sus palabras tienen algo de precisión, la postergación de la poema y vincularla a la vuelta de los revolucionarios a la plaza, es como esquivar el tema, cualquier sensato sabe que Abdel Rahman escribió poesía sobre todas las revoluciones árabes, excepto Bahréin, y sólo escribió acerca de las injusticias en Bahréin después de que sus amigos se lo solicitaron.
No obstante, Washington insiste en respaldar al régimen de los Khalifa, a medida que el pueblo bahreiní persiste en sus reclamaciones, y la furia popular se incrementa contra la administración estadounidense que a su vez se equivoca en su manera de entender al pueblo bahreiní, una equivocación que tiene sus raíces en un viejo concepto británico adquirido en ciertas circunstancias de una comunidad aislada, fue Charles balkrev quién describió al pueblo bahreiní como gallinas con picos de hierro, la administración estadounidense siguió en su política ese mismo concepto, pero se demostró que el pueblo bahreiní no es como desean, y que posee una voluntad de acero inquebrantable, al mismo tiempo que posee una determinación firme y persistencia a la existencia que no disipa.
El pueblo bahreiní ha demostrado que no se vende, que mira a Washington como parte conspiradora contra su existencia, y que Estados Unidos es cómplice de Arabia Saudita y Qatar, esto lo deben comprender los norteamericanos, el pueblo bahreiní no será menos fuerte que los otros pueblos que expulsaron a la ocupación norteamericana de sus tierras. La presencia de la base de la quinta flota en Bahréin, y la impresión del pueblo bahreiní de inseguridad por lo que se gestiona contra ellos dentro de la base, alimentan la ira de los bahreiníes contra la presencia de la base, en especial porque no está inmune de las manos de los bahreiníes, tampoco lo son los soldados saudíes que se encuentran en Bahréin.
No será el pueblo bahreiní el único que padece y sufre, tal vez ha llegado el momento de que los responsables del sufrimiento de los bahreiníes, sean norteamericanos, sean saudíes, u otros de los que apoyan las practicas ilegales que violan las básicas normas y los convenios internacionales, tal vez ha llegado el momento de que ellos también empiecen a sufrir.
| La sangre derramada de los mártires de Bahréin corona la tierra de la patria con la gloria, el aniversario de marzo respira la aroma del martirio, el pueblo bahreiní todavía es capaz de sacrificar y persistir, con sus sucesivas generaciones. Durante diez días, ese pueblo consagró algunos de sus mártires, Fadel Oubeidi, Jaafar Mauali, Sabri Mahfouz, como un vivo ejemplo de una sucesión de generaciones en la senda del martirio.
Fadel Oubeidi, un caso parecido a su tío Radi que murió hace veinte y seis años en la prisión del régimen bahreiní, a causa de las torturas al que fue objeto, duras torturas que fueron producidas después de haber sido condenado a muchos años de prisión. El mártir Radi murió antes del nacimiento de su sobrino, cuatro años separan el martirio de Radi del nacimiento del muchacho que percibía las aspiraciones de su tío, sufría por lo que ha padecido su tío, y no tenía más opción que seguir sus pasos en la senda del martirio, la misma senda que el tío trazó con su propia sangre.
Es un ejemplo de lo que ocurrió y sigue ocurriendo en Bahréin, pero ¿Dónde está el mundo ante esa realidad? Los Estados Unidos y sus seguidores en la región, junto a Gran Bretaña y Francia prestan oídos sordos a lo que sucede en Bahréin, en cuanto a los intelectuales del mundo árabe y los Ulemas de los musulmanes, no ven ninguna necesidad de defender a Bahréin, ya que es una revolución sectaria, de acuerdo a la “fatwa” (decreto religioso) del Sheikh Youssef Qaradawi, el mismo que legalizó las matanzas en Siria, pero en Bahréin se detuvo, es más, instó contra los bahreiníes cuando calificó su revolución de sectaria. El hijo de Qaradawi, Abdel Rahman, habló al diario egipcio el “Séptimo Día” sobre la revolución en Bahréin, empezó su conversación con palabras razonables y equilibradas, luego se disculpó cuando le pidieron escribir un poema sobre Bahréin, alegando que hasta que no vea “los chiíes y los suníes rezar juntos en la plaza de la perla”, según dijo. De una parte sus palabras tienen algo de precisión, la postergación de la poema y vincularla a la vuelta de los revolucionarios a la plaza, es como esquivar el tema, cualquier sensato sabe que Abdel Rahman escribió poesía sobre todas las revoluciones árabes, excepto Bahréin, y sólo escribió acerca de las injusticias en Bahréin después de que sus amigos se lo solicitaron.
No obstante, Washington insiste en respaldar al régimen de los Khalifa, a medida que el pueblo bahreiní persiste en sus reclamaciones, y la furia popular se incrementa contra la administración estadounidense que a su vez se equivoca en su manera de entender al pueblo bahreiní, una equivocación que tiene sus raíces en un viejo concepto británico adquirido en ciertas circunstancias de una comunidad aislada, fue Charles balkrev quién describió al pueblo bahreiní como gallinas con picos de hierro, la administración estadounidense siguió en su política ese mismo concepto, pero se demostró que el pueblo bahreiní no es como desean, y que posee una voluntad de acero inquebrantable, al mismo tiempo que posee una determinación firme y persistencia a la existencia que no disipa.
El pueblo bahreiní ha demostrado que no se vende, que mira a Washington como parte conspiradora contra su existencia, y que Estados Unidos es cómplice de Arabia Saudita y Qatar, esto lo deben comprender los norteamericanos, el pueblo bahreiní no será menos fuerte que los otros pueblos que expulsaron a la ocupación norteamericana de sus tierras. La presencia de la base de la quinta flota en Bahréin, y la impresión del pueblo bahreiní de inseguridad por lo que se gestiona contra ellos dentro de la base, alimentan la ira de los bahreiníes contra la presencia de la base, en especial porque no está inmune de las manos de los bahreiníes, tampoco lo son los soldados saudíes que se encuentran en Bahréin.
No será el pueblo bahreiní el único que padece y sufre, tal vez ha llegado el momento de que los responsables del sufrimiento de los bahreiníes, sean norteamericanos, sean saudíes, u otros de los que apoyan las practicas ilegales que violan las básicas normas y los convenios internacionales, tal vez ha llegado el momento de que ellos también empiecen a sufrir.