El embajador ruso ante la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Alexandr Grushkó, aseguró que su país comenzó a aplicar medidas para contrarrestar el aumento de la presencia militar del bloque en Europa del Este.

La OTAN maneja a su favor la crisis en Ucrania para respaldar el aumento de la actividad en el área y los gastos bélicos, aseveró el diplomático ante la prensa.

Grushkó subrayó que la respuesta rusa será bien analizada, en base a las acciones del pacto en la región.


Según el embajador ruso, la OTAN reconoció que los vuelos sobre aguas internacionales del mar Báltico autorizados por Moscú no violan las regulaciones establecidas.

La mayoría de los ministros de Defensa del bloque militar indicó que los aviones rusos operan en plena conformidad con las normas del Derecho internacional y las maniobras de rutina no representan amenaza alguna, sostuvo.

El funcionario señaló que las relaciones entre Rusia y la OTAN se acercan al punto de congelación. La alianza deberá reevaluar su posición hacia Moscú, insistió.

Rusia no tiene escasez de socios en el ámbito internacional, por lo tanto, los proyectos que realizábamos en el marco del Consejo Rusia-OTAN se pueden retomar en otros formatos o en solitario, señaló.

Igualmente, Grushkó alertó sobre el interés del grupo militar noratlántico en prorrogar su misión en Afganistán después de 2014.

De acuerdo con el portavoz del ministerio ruso de Asuntos Exteriores, Alexandr Lukashévich, en Moscú se considera inadmisible extender la permanencia de tropas de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN en territorio afgano sin la resolución correspondiente del Consejo de Seguridad de la ONU.