Los terroristas de Daesh mataron a 1432 sirios fuera del campo de batalla desde junio pasado, informó el Observatorio Sirio este lunes.

La organización terrorista impone un angosto yugo normativo sobre la población a cambio de pan, techo y seguridad. Quienes se rebelan están abocados a la muerte: lapidación, decapitación y fusilamiento. Si el crimen es grave a ojos de los tribunales religiosos instaurados, el castigo es la crucifixión; el cuerpo permanecerá días a la vista pública para dar ejemplo.


"Del total, 879 eran civiles -entre ellos dos niños y cinco mujeres-, y unos 700 familiares de la tribu suní Shaitat", indica el Observatorio. Los Shaitat se levantaron contra Daesh en la provincia oriental de Deir Azzur el verano pasado. Sin apoyo armado en su desafío a la autoridad terrorista, Daesh los masacró. Sobre los niños, subraya el Observatorio, Daesh los abatió en la provincia de Alepo, al norte de Siria, en dos ocasiones separadas. Al primero se le acusó de fotografiar los cuarteles de Daesh; al otro lo mataron bajo acusación de insultar al profeta.

Fumar o beber alcohol y comerciar con ambos, poner música, pequeños hurtos, que una mujer salga sin ir cubierta del todo o protestar en público son, según activistas sobre el terreno, billetes hacia una pena muy severa.


Los militares muertos son minoría

El Observatorio Sirio indica también que 63 milicianos han muerto en enfrentamientos contra Daesh. Entre ellos hay tanto combatientes salafistas, kurdos y secularistas como milicianos del Frente Al Nusra, brazo de Al Qaeda en Siria.

"Hay, además, 483 soldados del régimen y cuatro miembros de Daesh" acusados de corrupción u otras ofensas, según revela a la agencia France Press Rami Abdel Rahman, portavoz del Observatorio. Daesh anunció este domingo la decapitación del cooperante estadounidense Peter Kassig y de 18 militares oficialistas. Los activistas creen que docenas más aguardan un destino fatal en prisiones del grupo terrorista en Siria e Iraq.