La campaña liderada por Estados Unidos contra Daesh en Iraq y Siria es un fracaso y altera poco el equilibrio de fuerzas en el conflicto, señaló ayer el diario The Washington Post.

El poderío aéreo apenas fue capaz de evitar que los milicianos capturen la ciudad siria de Ain al Arab (Kobani), cerca de la frontera con Turquía, pero todavía existen posibilidades de que esta localidad pudiera caer en sus manos, afirma el artículo firmado por el periodista Eugene Robinson.

En Iraq, los combatientes de Daesh llegaron a unos pocos kilómetros de Bagdad y amenazan con consolidar el control de la extensa provincia de Anbar, lo que implica que el autoproclamado "califato" permanece intacto y sus fuerzas continúan avanzando, añade el texto.


La intervención "de las fuerzas armadas más poderosas del mundo no ha producido miedo ni intimidación, sólo algunos daños a las tropas y equipos de los extremistas, ni ha logrado fortalecer a nuestros ostensibles aliados en el terreno", las bandas antigubernamentales sirias y las desventuradas fuerzas armadas iraquíes, precisa.

Es en suelo iraquí donde los fundamentalistas ocupan nuevos territorios, combaten por consolidar sus posiciones en ciudades claves como Falluyah y Ramada y asedian incluso los suburbios de Bagdad, añade Robinson.

"Nadie piensa que Daesh tenga la capacidad para ocupar la capital iraquí, que sería defendida por las milicias chiitas y lo que queda del ejército iraquí", pero los golpes aéreos por sí solos no podrán desalojar a los fundamentalistas de los territorios que ahora ocupan en ese país árabe, concluye el artículo.