El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, alzó el tono el jueves contra los manifestantes kurdos que protestan ante la negativa de Ankara a ayudar a los kurdos de Siria, manifestaciones que se han saldado hasta ahora con 27 muertos.

"No toleraremos el más mínimo acto de amenaza o de intimidación que ponga en peligro la paz en Turquía", advirtió el jefe de Estado.

"Tomaremos todas las medidas necesarias para combatir a todos aquellos que cometan tales actos de intolerancia", dijo Erdogan en un comunicado.


A pesar del toque de queda vigente en seis provincias del sureste turco, de mayoría kurda, cientos de manifestantes volvieron a salir a las calles de Diyar bakr, Batman, Van o Siirt, donde lanzaron piedras y proyectiles contra los agentes, que respondieron con cañones de agua y gases lacrimógenos.

En los choques más de un centenar resultaron heridos. Según fuentes turcas varias personas murieron en choques entre manifestantes kurdos y partidarios de movimientos radicales.

De otra parte, las fuerzas de seguridad turca arrestaron a 50 mujeres que pretendían manifestarse en apoyo a la ciudad Kobani dentro del aeropuerto Ataturk en Estambul, otros 116 kurdos fueron detenidos en la ciudad de Diyar Bakr, según informó “Sky News”.

Los disturbios comenzaron en la noche del lunes, cuando el principal partido kurdo del país (HDP) llamó a manifestarse.

Los kurdos turcos protestan por el rechazo del gobierno de Ankara a ayudar militarmente a la ciudad kurda siria de Kobani, fronteriza de Turquía, que lleva varios días asediada por los terroristas de Daesh.