Tras 51 días de combates y más de 2.100 mártires palestinos (la mayoría civiles), pese a la destrucción (en Gaza), causada por las toneladas de bombas israelíes lanzadas sobre la ciudad herida, la población palestina salió a la calle con banderas y expresiones de júbilo para celebrar su victoria sobre el enemigo más cruel de toda la historia.

Según los expertos, la cantidad de bombas tiradas sobre Gaza equivale a seis bombas atómicas.


“Todos estamos con la Resistencia, que es la única vía para conservar nuestra dignidad y recuperar nuestra libertad”, reclamaban miles de palestinos, no sólo en Gaza, sino también en Cisjordania, en la ciudad santa de Al-Quds y en los campamentos de refugiados palestinos en Líbano, durante las celebraciones que no cesaron en toda la noche.


La liberación de Palestina está más cerca, la Resistencia demostró ser capaz de derrotar la máquina de muerte de la ocupación israelí. Hoy Gaza venció a los invasores… Pronto toda Palestina será liberada de las garras del monstruo sionista.


En el otro lado, el ejército de ocupación israelí, que no pudo conseguir ninguno de los objetivos declarados, siente la derrota y recuerda con amargura la humillación que experimentó durante su agresión a Líbano en julio del año 2006, aquella guerra con Hezbolá acabó con la vida política del entonces primer ministro, Ehud Olmerte. Hoy, Benjamín Netanyahu corre el riesgo de tener la misma suerte que su antecesor.