La información revelada por la policía de Ferguson (EEUU) sobre la muerte del joven afroamericano Michael Brown a manos de un agente indignó el viernes a los centenares de personas que volvieron a manifestarse por sexto día consecutivo en una protesta que comenzó pacífica pero terminó con altercados.

La tensión volvió a escalar ayer con la divulgación del nombre del agente que mató a Brown y la publicación de un informe policial que señalaba al fallecido como responsable de un robo minutos antes de su muerte.

La familia denunció el informe como un intento de restar importancia a la muerte del joven y el jefe de Policía de Ferguson, Thomas Jackson, se vio obligado a comparecer para ratificar que el agente, identificado como Darren Wilson, no tenía conocimiento del robo cuando se aproximó inicialmente a Brown.


Al menos unas 200 personas han estado involucradas en las protestas de esta madrugada, que comenzaron de manera pacífica y abanderadas por el reverendo Jesse Jackson. Sin embargo, elementos violentos comenzaron a enfrentarse a las fuerzas policiales y al menos tres tiendas han sido saqueadas, según la cadena local KDSK.

Todo comenzó cuando varias decenas de personas bloquearon la calle y avanzaron hacia la policía con las manos en alto (la posición en la que murió Brown según los testigos) pese a la advertencia de "arrestos y otras acciones" si no se dispersaban.

Aunque esta tensión duró más de dos horas y se pudo ver lanzamientos de botellas contra la policía, los agentes no se movieron de sus posiciones y mantuvieron una actitud muy contenida para evitar una escalada mayor de la violencia, como había ocurrido en jornadas anteriores.

toda la noche, centenares de manifestantes mantuvieron su protesta, mientras que líderes y miembros de la comunidad trataban de bloquear las entradas de los negocios para evitar los saqueos.