El cadáver de Mohamed Hussein Abu Jdair, de 16 años, fue hallado el miércoles en un bosque cerca de Jerusalén, el joven palestino había sido secuestrado por colonos judíos y quemado vivo.

Su padre contó que a las 3:30 de la madrugada del miércoles, un honda negro se detuvo delante de su casa, dos hombres bajaron del vehículo y forzaron a su hijo a subir. El coche partió a toda velocidad y aunque algunos palestinos intentaron seguirlo no lo consiguieron.

La familia de Mohammed, como muchas familias palestinas, estaba en la calle a esas horas para asistir a la oración de la madrugada en la mezquita con motivo de Ramadán. Esto ocurrió en el barrio de Shuafat, en el sector ocupado de Jerusalén. Los testigos dicen que los secuestradores eran colonos judíos.

Poco antes hubo un intento de secuestro de un niño palestino de ocho años en el vecino barrio de Beit Hanina.


A las 4:15 el padre de Mohamed llamó a la policía israelí. Les dijo que el teléfono móvil de su hijo todavía funcionaba y que podían localizarlo. El teléfono seguía funcionando a las 4:45, pero al parecer la policía no hizo nada.

El cadáver apareció unas horas después en un bosque del sector judío de Jerusalén, cerca del antiguo pueblo de Deir Yasin, destruido por las milicias judías en 1948.

Mohamed murió torturado y apuñalado. Unas horas después, cuando la policía fue al lugar, el cadáver también estaba calcinado.

Seis judíos han sido detenidos por su supuesta participación en el crimen y, según la prensa local, uno de ellos ya confesó su participación en el crimen e inculpó al resto de los acusados.

La investigación también reveló que el asesinato de Abu Jdair fue con premeditación y alevosía.