Grupos opositores anunciaron hoy nuevas movilizaciones en Bahréin para exigir reformas democráticas y la entrega del cadáver de un activista muerto por disparos de la policía, mientras el Gobierno reprimió a manifestantes y los tildó de saboteadores.

Dirigentes de la Asociación Al-Wefaq anunciaron marchas en varias aldeas después de las realizadas el viernes en Daih, cerca de la capital Manama, y que fueron dispersadas con gases lacrimógenos por efectivos de seguridad.

La manifestación exigió a las fuerzas leales a la monarquía Al Khalifa que entregaran a familiares el cadáver de Abdul-Aziz Al-Abbar, quien falleció hace un mes luego de más de 50 días en coma como consecuencia de heridas sufridas por agresiones policiales durante una protesta.

Un comunicado de la Dirección General de la Policía de la provincia de Manama informó que agentes tuvieron que enfrentar a los que llamó grupo de terroristas siguiendo procedimientos legales para restablecer la normalidad.

La nota agregó que "la multitud de saboteadores lanzó cocteles Molotov contra funcionarios de seguridad, incendiando un carro civil en Karbabad", por lo que se notificó el incidente al Ministerio Público y se abrió una investigación para identificar a los perpetradores.


Sin embargo, Al-Wefaq y otras agrupaciones opositoras denunciaron que la represión del viernes y el fuerte despliegue policial de este sábado son parte de una sistemática hostilidad de las autoridades con la población de este reino.

Bahrein registra desde febrero de 2011 un ambiente de frecuente tensión y polarización social debido a protestas de activistas que exigen en las calles reformas democráticas, mayores derechos humanos y la renuncia de la dinastía Al Khalifa.

Datos divulgados por organizaciones de derechos humanos indican que decenas de personas han muerto y cientos resultaron heridas a causa de enfrentamientos con uniformados, que son apoyados por policías y soldados sauditas y emiratíes.

Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos enviaron en marzo de 2011 destacamentos de efectivos armados a petición de las autoridades de Bahréin para aplastar las revueltas desatadas al fragor de otros alzamientos populares en países árabes.