El régimen de la entidad sionista está enviando en secreto a Uganda a cientos de africanos indocumentados que buscaron asilo en este país ocupado por las fuerzas israelíes, donde su presencia es rechazada por conceptos raciales, afirman trascendidos de prensa.

Uganda fue uno de los países, junto a Argentina, donde el movimiento sionista mundial propuso a principios del siglo XX crear un hogar nacional para los judíos.


El ministro del Interior Gideon Saar declaró semanas atrás que mil 500 africanos que penetraron en territorio ocupado por “Israel” de manera ilegal deben salir del país para fines de este mes tras la conclusión de un acuerdo, cuyos pormenores son desconocidos, "con un tercer país" que a todas luces es Uganda.

De su lado, el primer ministro Benjamín Netanyahu dijo que los indocumentados africanos constituyen un peligro para el carácter judío del estado de “Israel”.

En diciembre pasado una diputada a la Knéset de origen etíope, Pna Tamano-Shata, trató de donar sangre, pero los paramédicos la rechazaron por ser negra. Tras la protesta de la diputada, la donación fue aceptada, pero con la aclaración de que no será utilizada debido a que tenía "una sangre especial etíope". Soy buena para estar en el Knesset, pero por alguna razón no soy bastante buena para donar sangre, señaló la legisladora.


En 1984 la entidad sionista, por intermedio de su servicio de espionaje, el Mossad, organizó un publicitado éxodo masivo de judíos etíopes, los “falasha", que fueron ubicados en campamentos alejados de centros urbano e incorporados al ejército.

Desde entonces han menudeado las quejas por discriminación racial e incluso ataques a establecimientos propiedad de judíos de raza negra.