Internacional
La II cumbre de la CELAC en la Habana
Un paso importante hacia la creación de un mundo multipolar más justo
Por Ernesto Gómez Abascal Especial Alahednews
Entre los próximos días 28 y 29 del presente mes, se celebrará en La Habana, la II Cumbre de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), organización de integración regional formada por 33 países, que a diferencia de la antigua Organización de Estados Americanos (OEA), que mantiene su sede en Washington, no incluye entre sus miembros ni a Estados Unidos ni Canadá.
La OEA, por su subordinación histórica a los intereses de EEUU, aunque aún no ha sido sustituida por la nueva CELAC, hace tiempo había perdido prestigio y contribuyó en mucho a que la parte sur del continente, América Latina y el Caribe, fuera considerada como el “patio trasero” de Washington. Un destacado dirigente revolucionario cubano, ya desde hacía muchos años la había calificado como “el Ministerio de Colonias estadounidense”.
Cuando triunfó la Revolución Cubana hace ahora 55 años, la OEA se sumó a la política de aislamiento y agresión contra Cuba expulsándonos de su seno, al cual no hemos querido regresar, precisamente por tener su sede en la capital estadounidense y continuar en lo fundamental, sometiéndose a los intereses del imperio. EEUU logró que todos los países de la región rompieran relaciones con Cuba, con excepción de México, que mantuvo una posición digna e independiente.
Pero la situación política en América Latina y el Caribe ha cambiado sustancialmente en los últimos quince años. Aún antes de estos cambios progresistas y revolucionarios en un importante número de países, ya las relaciones con Cuba se habían restablecido, excepto las de Washington, y un nuevo sentimiento integracionista, al margen de este último, comenzó a tomar forma. La Revolución Bolivariana de Venezuela ha jugado un papel fundamental en estos cambios y en coordinación con Cuba, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y otro grupo de países caribeños, crearon La Alianza Bolivariana para Nuestra América (ALBA), que ha jugado un papel de vanguardia impulsando una integración verdaderamente independiente de Estados Unidos.
En la I Cumbre de la CELAC, Cuba ya fue designada presidenta pro-tempore de esta organización y en los próximos días, será la sede de su II Cumbre. Aun cuando no exista total unanimidad de criterios e incluso permanezcan contradicciones políticas entre algunos países, la situación de la CELAC, la cual ya no tiene entre sus miembros a EEUU y Canadá, es diametralmente opuesta al papel jugado por la OEA. El hecho de que esta Segunda Cumbre tenga como sede La Habana, es un hecho que habla por sí solo y hace que algunos políticos en Washington (y también en Tel Aviv y alguna que otra capital colonialista y hegemonista), pierdan el sueño.
Los sionistas, que tradicionalmente habían contado con el apoyo de la amplia mayoría de los países de esta región, ahora han perdido buena parte de este y los palestinos y árabes progresistas son los que han avanzado en sus posiciones. Hace dos años, fueron varios los países latinoamericanos los que dieron su reconocimiento al Estado Palestino en su carácter de observador en la ONU. En 1947, cuando se sometió a votación la Resolución 181 que dividía el territorio palestino y creaba el “Estado de Israel”, una tercera parte de los votos a favor fueron de países latinoamericanos. Sólo Cuba se opuso a tal ilegalidad.
Irán cuenta también con relaciones cada vez más fuertes con la región, tanto en el orden político, como en el económico y comercial.
Hoy existe una clara voluntad integracionista en toda nuestra región y se dan pasos importantes para concretar esto y edificar una nueva política independiente de Washington. Es reconocido que ya no somos su “patio trasero” y esto se pone en evidencia al analizar los cambios políticos en un grupo importante de países respecto a las posiciones que se adoptan en la ONU y otros Organismos Internacionales, cuando se trata de los conflictos y problemas en el Medio Oriente.
En la II Cumbre de la CELAC se deben adoptar acuerdos de suma importancia internacional, que de hecho contribuirán a la constitución de un nuevo orden multipolar más justo y equitativo en el mundo. Entre los posibles acuerdos se haya la declaración de la región como zona de paz, lo que implica que los conflictos se resuelvan a través del diálogo y las negociaciones. Ya los 33 países miembros son parte del Tratado de Tlatelolco, el cual prohíbe las armas nucleares en América Latina y el Caribe.
La importante reunión debe concluir con una Declaración Política y un Plan de Acción para el 2014. Además, se preparan una 26 comunicaciones especiales que abordan temas como el apoyo a Argentina en su lucha por recuperar las islas Malvinas; poner límite al dominio de las transnacionales; la explotación de los recursos naturales; el bloqueo económico, financiero y comercial de Estados Unidos contra Cuba, las políticas culturales y el terrorismo.