Internacional
Las luchas internas entre EIIL y los rebeldes en Siria
Casi 500 personas murieron la semana pasada en combates
El número de muertos en los enfrentamientos librados durante la semana pasada entre los grupos rebeldes sirios y los milicianos del Estado Islámico de Iraq y Levante (EIIL) en la provincia de Alepo, en el noroeste de Siria, incrementó hasta casi 500, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
Los enfrentamientos armados dejaron un reguero de al menos 482 fallecidos a raíz del recrudecimiento de los combates a partir del 3 de enero que, según la oposición siria en el exilio, se saldó con la victoria de los rebeldes y la recuperación del control de las áreas que antes estaban bajo dominio de la milicia vinculada a Al Qaeda.
Un total de 240 fallecidos pertenecían a diversas facciones de los rebeldes sirios, algunas adscritas al brazo armado de la oposición, el Ejército Libre Sirio (ELS), 157 eran combatientes del EIIL y 85 eran civiles, de acuerdo con el Observatorio.
Según la versión del ELS, los enfrentamientos armados estallaron tras la muerte, a manos de un grupo de milicianos del EIIL, de un doctor de Alepo que atendía a civiles y rebeldes heridos.
En esa provincia operan diversas milicias cuyos combatientes se desvincularon el año pasado del ELS. Además del EIIL, el Frente al Nusra también ha protagonizado fuertes combates con otras facciones y el propio ELS en Alepo.
De acuerdo al Observatorio Sirio, los milicianos del EIIL ejecutaron a centenares de hombres, entre civiles y rebeldes, que se encontraban en centros de detención de la organización terrorista.
Tanto el EIIL como el Frente al Nusra se nutren, asimismo, de terroristas procedentes del norte de África y de Oriente Próximo para luchar contra las fuerzas de seguridad del régimen sirio.
Prosigue la ofensiva del Ejército Sirio
De otra parte, el Ejército Sirio prosigue con su ofensiva en varios frentes. En el este eliminó a un grupo de mercenarios que intentaban infiltrarse en territorio sirio desde la frontera libanesa, concretamente en las montañas de Arsal, al caer en una emboscada. Asimismo, destruyó un gran almacén de armas en Zabadani, y mató en combate a decenas de terroristas tras bombardear su convoy y destruir cuatro vehículos preparados con armas pesadas, la mayoría de los muertos era de nacionalidades no sirias (saudíes, qataríes, iraquíes, libias y egipcias).
La fragmentación de las fuerzas rebeldes y la irrupción de los combatientes mercenarios ha socavado la credibilidad de la Coalición Nacional de Fuerzas de la Oposición y la Revolución Siria (CNFORS), la principal organización opositora, en el ámbito internacional, lo que ha derivado en la paralización del suministro de "ayuda letal" a los rebeldes por parte de sus principales valedores occidentales.