Internacional
Samer Al Issawi libre tras 8 meses de Huelga de Hambre
Al Issawi se comprometía a cesar la huelga de hambre a cambio de su liberación
Tras una huelga de hambre de más de 260 días y el posterior acuerdo con la entidad sionista, el preso palestino Samer Al Issawi ha sido liberado esta noche en Al Quds. Tras ser puesto en libertad de una cárcel del norte palestino ocupado, Al Issawi ha llegado a su casa de la aldea de Issawiya, en la parte oriental de la ciudad.
"Quise proteger los derechos de los presos palestinos y disuadir a “Israel” para que no vuelva a detener a los palestinos que fueron liberados en el canje por [Guilad] Shalit", ha afirmado en alusión al acuerdo alcanzado en el 2011 entre “Israel” y Hamas por el que a cambio del soldado cautivo en Gaza desde el 2006, el enemigo israelí liberó a 1027 presos.
Al Issawi, condenado a una pena de 26 años por "intento de asesinato, entrenamientos militares, posesión de armas y pertenencia a un grupo terrorista" (cargos del tribunal sionista), recuperó la libertad gracias al canje por Shalit. Había cumplido 10 años de la condena.
Pero el 7 de julio del 2012 la entidad sionista le volvió a detener acusándole de violar los términos del acuerdo (no poder viajar de Al Quds Este a Cisjordania).
Fue cuando, otra vez entre rejas, se convirtió en símbolo de la lucha palestina al iniciar una prolongada huelga de hambre. Asistido sólo con agua, vitaminas y sal, Al Issawi llevó su desafío a la extremidad rozando la muerte. Se negó a recibir visitas médicas y perdió más de 40 kilos.
Protestaba por la llamada "detención administrativa", que permite mantener en la cárcel al arrestado sin que conozca los cargos.
A medida que pasaba el tiempo, su nombre se hizo famoso en la calle palestina, que se movilizó apoyando su protesta. Finalmente hace ocho meses llegó a un acuerdo con las autoridades israelíes: se comprometía a cesar la huelga de hambre a cambio de su liberación a su casa en Al Quds.
La entidad sionista accedió debido a las presiones internacionales pero sobre todo al temor de que la muerte por la huelga del preso-símbolo palestino encendiera una elevada ola de protestas y disturbios en Cisjordania.
| Tras una huelga de hambre de más de 260 días y el posterior acuerdo con la entidad sionista, el preso palestino Samer Al Issawi ha sido liberado esta noche en Al Quds. Tras ser puesto en libertad de una cárcel del norte palestino ocupado, Al Issawi ha llegado a su casa de la aldea de Issawiya, en la parte oriental de la ciudad.
"Quise proteger los derechos de los presos palestinos y disuadir a “Israel” para que no vuelva a detener a los palestinos que fueron liberados en el canje por [Guilad] Shalit", ha afirmado en alusión al acuerdo alcanzado en el 2011 entre “Israel” y Hamas por el que a cambio del soldado cautivo en Gaza desde el 2006, el enemigo israelí liberó a 1027 presos.
Al Issawi, condenado a una pena de 26 años por "intento de asesinato, entrenamientos militares, posesión de armas y pertenencia a un grupo terrorista" (cargos del tribunal sionista), recuperó la libertad gracias al canje por Shalit. Había cumplido 10 años de la condena.
Pero el 7 de julio del 2012 la entidad sionista le volvió a detener acusándole de violar los términos del acuerdo (no poder viajar de Al Quds Este a Cisjordania).
Fue cuando, otra vez entre rejas, se convirtió en símbolo de la lucha palestina al iniciar una prolongada huelga de hambre. Asistido sólo con agua, vitaminas y sal, Al Issawi llevó su desafío a la extremidad rozando la muerte. Se negó a recibir visitas médicas y perdió más de 40 kilos.
Protestaba por la llamada "detención administrativa", que permite mantener en la cárcel al arrestado sin que conozca los cargos.
A medida que pasaba el tiempo, su nombre se hizo famoso en la calle palestina, que se movilizó apoyando su protesta. Finalmente hace ocho meses llegó a un acuerdo con las autoridades israelíes: se comprometía a cesar la huelga de hambre a cambio de su liberación a su casa en Al Quds.
La entidad sionista accedió debido a las presiones internacionales pero sobre todo al temor de que la muerte por la huelga del preso-símbolo palestino encendiera una elevada ola de protestas y disturbios en Cisjordania.