Internacional
Cuando Geagea predica la democracia citando “Hajaj Bin Youssef”
Todo aquel que ha seguido el festival en la sala “El-Biel” con motivo del séptimo aniversario del asesinato de Rafik Hariri, se quedó perplejo entre dos escenas, la primera, la reivindicación de los oradores de este grupo que su revolución, la “revolución del cedro” es la que inspiró las revoluciones de la primavera árabe, si alguien creyera esa impertinencia arrogante, sería Terry Road Larsen es el padre de la primavera árabe y no el tunecino El-Buazizi, ya que la resolución 1559 es el impulsor de la revolución del cedro.
La otra escena, caricaturesca por excelencia, tanto en el saludo de Fouad Sanyoura a la audiencia intentando imitar conocidos líderes, o en la arrogancia de Amín Jomayel que quiere recuperar la mayoría y el poder como si dependiera de su elocuencia, o en la poesía de Samir Geagea, que no encontró, predicando la democracia, otra cosa para citar que un discurso del Hajaj Bin Youssef quién asesinó, tras el citado discurso, cuarenta mil personas por sospechas y sin juicio. Lo más ridículo fue el fingir en los movimientos de la mano de Saad Hariri, pero el colmo residía en el discurso de Fares Saeed en nombre del denominado “Consejo Nacional Sirio”, cuando hablaba de regular la relación entre dos Estados, Líbano y Seria, siendo él mismo acusado de perturbar las relaciones entre dos aldeas libanesas, Lasa y Córdoba.
Sin embargo, incluso si fuera la preocupación de los oradores de “14 de marzo” en la sala del Biel ocultar su quiebra política, ellos que están acostumbrados a hablar “sin control” especialmente frente a los que quedan de sus partidarios, hay quien advierte de no frenarlos ante los interese superiores del país. En este sentido dice el analista político Faisal Abdul-Sater que “ese entusiasmo incomparable a lo que los oradores del 14 de febrero llaman “revolución siria”, y la intrusión del Líbano una vez más en el túnel de horror, es inaceptable en absoluto, han traspasado todos los limites con sus llamamientos, y su adopción a la carta del denominado Consejo nacional Sirio de esta forma en el festival”, considerando que de esta forma “ofenden a los que ellos llaman mártires de la soberanía y la independencia”.
Abdul-Sater se pregunta “¿Cómo puede haber soberanía e independencia, cuando ellos se permiten interferir y clasificar lo que sucede en Siria como “revolución” y que el ejército en Siria asesina a su pueblo?”, agregando “es una violación de los acuerdos y tratados firmados de ambos países, además de que esto puede incitar a algunas partes en Líbano a provocar tensiones en suelo libanés”.
En su propia lectura de la celebración del aniversario de 14 de febrero, y el contenido de las palabras, dice Abdul-Sater: “Quizás el ex presidente Amín Jomayel ha sido el único que trató de distinguirse del resto de los oradores, mediante su llamada a la no injerencia”, señalando que “lo que se dijo en la celebración es una declaración de guerra, y prevenir el resultado de los sucesos actuales en Siria, ya que ellos están vinculados con “algo” a nivel exterior, sino ¿que significa su evidente apuesta, en especial de parte del ex primer ministro Saad Hariri, a que el pueblo en Siria vencerá?”. Agrega Abdul-Sater “esto significa que ellos no sólo son apostadores, sino también trabajan día y noche para hacer algo que, a su juicio, puede lograr cambio en el terreno”.
En lo que respecta a abordar el tema de las armas de la Resistencia, dice Abdul-Sater que “es más que repetido en el Líbano, creo que ya nadie lo presta atención” agregando “abordar el tema de las armas de la Resistencia y Hezbolá con tal impertinencia y de esta forma se volverá contra ellos, porque se ve lo que hacen los israelíes en el interior de Palestina, y se sabe de sobra que los únicos que pueden hacer frente a la entidad israelí son aquellos que se dedican realmente a defender la patria contra ese enemigo”. Abdul-Sater se detiene ante “la falsificación de algunos aspectos de la personalidad de Rafik Hariri con el fin de incitar una cierta parte de los libaneses contra Siria” preguntando “¿de que libertad hablan cuando recuerdan Hariri y dicen que ansiaba la libertad, cual es el verdadero sentido de la ansiedad de Hariri?”.
Añade Abdul-Sater “estas palabras conllevan atribuir ideas a personas que en realidad nunca les habían pasado en la mente, Rafik Hariri puede ser a nivel personal mejor que todos los que llevan su sangre, pero la pregunta es, ¿porque quieren que Líbano reclame la venganza de Siria, no les basta los siete años pasados de escasez y de ambiguas relaciones empañadas de muchos actos de venganza, y atribuir a Siria todas las calamidades que caen sobre Líbano?
Abdul-Sater concluye: “Todos estos han sido educados en la “escuela” de Siria, si alguien quiere vengarse por lo que dejaron los sirios en Líbano, debería tomar venganza de estos”.
Hilda Madarani