El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, denunció el domingo la "epidemia" de la violencia armada en su país que ha dejado un número de víctimas mayor que en cualquier otro país avanzado.


"Estas matanzas ocurren con el trasfondo de una epidemia de violencia en nuestras calles", lamentó Obama durante una ceremonia para conmemorar los 12 fallecidos el pasado lunes durante un tiroteo en un centro administrativo de la Marina, en Washington, la capital estadounidense.

Obama ha puesto de relieve que "no hay nación avanzada en el mundo que se enfrente a la violencia armada a la que se enfrenta Estados Unidos", el país donde se registra una cifra de víctimas mortales por armas de fuego diez veces superior al promedio de los países desarrollados.

El mandatario estadounidense recordó otras masacres perpetradas por los hombres armados como la de la base militar de Fort Hood (Texas, 2009, 13 muertos), la de Tucson (Arizona, 2011, 6 muertes), la de un cine de Aurora (Colorado, 2012, 12 muertos) o la muerte de una veintena de niños de primaria el pasado 14 diciembre en Newtown (Connecticut).

"No podemos aceptar esto...no hay nada normal en que mujeres y hombres inocentes mueran a tiros en su lugar de trabajo, que mueran a tiros niños en los colegios o en las calles por las balas perdidas", exclamó.


En este sentido, el jefe de Estado estadounidense ha defendido la necesidad de realizar cambios en las leyes del control de armas de fuego.

Desde el mortífero tiroteo de Newtown, Obama ha tratado de reforzar las revisiones de los antecedentes penales para los compradores de armas, así como limitar la potencia de fuego de las mismas, sin embargo, la Asociación Nacional del Rifle (NRA) y el lobby de las armas en las salas legislativas frustraron sus esfuerzos.