Opinión
El sucio ataque a Siria
las directrices de la política USA para el Oriente Medio se deciden en "Tel Aviv"
Por Cecilio Mingo (escritor, artista y poeta)
Siempre que me pregunto sobre la evolución del género humano concluyo en que si a la mayoría de los mortales, con independencia del medio cultural de su desarrollo, se le raspara hoy tan sólo un poquito en la piel deduciríamos su peligrosa proximidad con el simio. Y a estos primates localizados en la clase política estoy contemplando hoy a la cabeza de los gobiernos más decididos a atacar a Siria. Me recuerdo de mi estancia hace algunos años en Washington D,C, y las discusiones con vecinos republicanos que se referían a Barak Obama como aquel negro de m…, y esa respuesta me pareció entonces de muy mal gusto.
Cuando sin ningún mérito le otorgaran el Premio Nobel de la Paz, me sentí molesto y avergonzado con la Fundación Nobel porque, a mi entender, Obama carecía de los méritos para tal distinción. Y, ahora que todo el mundo le observa en idilio con los Republicanos -los mismos que lo insultaban aquel negro de m… - por conseguir los apoyos en el Congreso y atacar así a Siria sin la aprobación del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Lo tiene difícil, no obstante, por la actitud racional y decidida de China y Rusia en desacuerdo frontal con las políticas de confrontación aprendidas por Obama de los Bush padre e hijo.
En Europa se le ha visto arropado por Hollande y Cameron, a quienes, como a Obama, les importa un rábano la autoridad de la ONU y el respeto debido al Derecho Internacional. Esperemos que las sociedades civiles de Francia, Inglaterra y Estados Unidos, secundados por las del resto de los países del mundo, hagamos lo que sea necesario para contener ese ímpetu belicista diabólico e impedir un nuevo Iraq.
Me cuestiono este sospechoso interés de los países más avanzados por castigar la tenencia y uso de las armas químicas de destrucción masiva y, en cambio, callar culpables la tenencia y el uso de las más terribles armas nucleares o mantener silencio ante la venta y contrabando de minas anti-personas y bombas de racimo suministradas todas por empresarios y traficantes anglosajones.
Se ha olvidado ya que los bombardeos sobre Bagdad, perpetrados por los portaaviones norteamericanos y sus aliados, fueron ataques de destrucción masiva en acción de castigo contra el Régimen de Sadam Hussein, injustamente acusado de esconder armas de destrucción masiva, ¿recuerdan cuantos miles de civiles murieron en esos ataques? y que, desde entonces, lleva Iraq veintitrés años sin conocer la paz, y me atrevo a pensar que la mayoría de sus ciudadanos añorando los tiempos del Presidente Hussein. ¿Será que los monarcas árabes eran y son más demócratas y virtuosos que el entonces presidente iraquí?
Sean serios, señores, y digan de una vez a la sociedad civil de la comunidad internacional que el premeditado ataque a Siria nada tiene que ver con el uso o no de armas químicas por el Gobierno de Damasco, sino su compromiso con el gobierno de “Israel”, por quitar de en medio al Presidente Bashar Al Assad, porque, como es sabido, las directrices de la política norteamericana para el Oriente Medio se deciden en "Tel Aviv".
Pero incursionemos en los albores de la primavera árabe, en Egipto y Túnez, donde las manifestaciones multitudinarias tomaron plazas y calles con colores antigubernamentales, pero manteniéndose siempre bajo marcadas connotaciones nacionalistas aun enfrentando la sangrienta represión gubernamental. Sin embargo, no ocurrió lo mismo en Siria donde su primavera fuera instigada desde el exterior y no sólo por grupos de ciudadanos sirios sedientos de legítimas reformas, sino por insurgentes armados y pagados con recursos financieros de origen inconfesable. Así nos encontramos con que la oposición que guerrea al Gobierno de Damasco está conformada por ciudadanos fundamentalistas, gran parte de ellos terroristas de Al Qaeda, pertenecientes a veintitrés nacionalidades distintas desde Ceuta a Qatar y de Afganistán a Siria, con serias disparidades y rivalidades .entre ellos.
Todo esto lo sabe Obama y, también, que morirá mucha población civil si manda bombardear Siria y que, si después instalan un gobierno de las calidades humana y moral demostradas ya por los personajes de la oposición, lo que esperará a Siria será el mismo desesperanzado futuro sufrido en Iraq por culpa de la intervención norteamericana. Mucho habíamos deseado la elección de un Presidente de color en los Estados Unidos, cuánto admiramos su discurso electoral aquel sobre el escenario de la Siegessäule en Berlín, o el de la Universidad de El Cairo siendo ya Presidente electo, y cuántas decepciones desde entonces y, máxime, ahora que emprende el sucio ataque a Siria tomándose la justicia por su mano. Esperemos que hoy los razonamientos políticos y diplomáticos triunfen sobre los intereses de “Israel” y de la ensoberbecida obcecación de aquel negro de ……..