Opinión
La voluntad del pueblo es más fuerte que cualquier ejército invasor
En una escena que refleja la profundidad de la firmeza y el desafío, la gente del sur del Líbano regresa a sus aldeas que fueron destrozadas por la guerra y destruidas por la maquinaria de la ocupación israelí. Su regreso no significa sólo pasos en el terreno, sino más bien una encarnación viva de la voluntad de un pueblo que no sabe rendirse, sin importar los sacrificios.
Hoy, domingo 26 de enero de 2025, los sureños han vuelto a escribir una nueva epopeya histórica, llena de determinación y dignidad. Este retorno no es sólo a la tierra, sino a la identidad y a los derechos que no se pueden quitar, por mucho que la ocupación intente distorsionar la realidad e imponer su control.
El sábado por la noche, los tanques israelíes Merkava continuaron avanzando hacia las aldeas a las que no pudieron entrar durante la guerra, mientras las fuerzas de ocupación israelíes bloqueaban las carreteras, intentando impedir que la gente regresara a sus hogares. El enemigo no quedó satisfecho con eso, sino que llevó a cabo operaciones de bombardeo contra muchas viviendas en zonas como Mays al-Jabal y otras aldeas.
Con la salida del sol del domingo, miles de civiles se congregaron en las entradas de sus aldeas fronterizas, encarnando una escena de resistencia popular decidida a recuperar sus derechos. A pesar de las advertencias del ejército israelí a los residentes de más de 66 ciudades del sur, solicitándoles que no regresaran a sus tierras, las procesiones populares se iniciaron en marchas masivas, desafiando las amenazas de la ocupación.
Este regreso fue un anuncio de la insistencia de los sureños en regresar a sus tierras a pesar de las amenazas de la ocupación.
Las escenas de regreso no se limitaron únicamente a la gente del sur, sino que se les unieron otras procesiones del valle de la Bekaa y de los suburbios del sur de Beirut, lo que refleja la unidad del pueblo libanés frente a la ocupación.
En las primeras horas del amanecer, los residentes se reunieron en las puertas de las aldeas del sur para cruzar las barreras de tierra, en medio de una escena heroica de mujeres sureñas que se atrevieron a quitar las barreras con sus propias manos. A pesar de los disparos por parte de las tropas sionistas, la marcha del pueblo resistente continuó con toda resolución y determinación para regresar a las aldeas ocupadas.
Esta escena, con todos sus significados, refleja la enorme popularidad de la Resistencia, y la firme decisión de expulsar a los ocupantes.
Si el ejército israelí intenta presentarse como una fuerza invencible, la verdad estaba clara en esta escena que no podía ignorarse: la voluntad popular es más fuerte que cualquier fuerza militar, cualquiera que sea.
Este regreso conlleva mucho coraje y determinación para restaurar los derechos robados, y confirma que los pueblos del Sur no han olvidado ni olvidarán la tierra que les fue robada, y que con su firmeza escribirán las más maravillosas historias sobre la Resistencia.
|