La producción de gas en Siria llegó a los 16 millones 500 mil metros cúbicos diarios, el 75 por ciento de lo que producía antes de la guerra impuesta al país, informó el ministro de Petróleo, Ali Ghanem.

El ministro precisó que 22 pozos de gas entraron en producción este año, mientras continúan las obras de perforación y extracción de petróleo y gas para asegurar las necesidades de Siria en el sector energético.

Reveló que los actos terroristas mataron a 209 trabajadores, técnicos y especialistas del sector, 104 desaparecidos, y 161 heridos desde el 2012, sobre todo en las productivas regiones de Raqaa, Deir Ezzor y Homs.

“Los daños materiales del sector llegan aproximadamente a 70 mil millones de dólares”, subrayó Ghanem.

Hasta el 2011, año de la intensificación de la guerra impuesta al país, se explotaban más de 40 campos de petróleo y gas en las regiones mencionadas, funcionaban a plenitud las refinerías de Banias y Homs y el sector en general representaba cerca del 22 por ciento de los ingresos nacionales.

Según el Washington Institute for Near East Policy (Instituto para una Nueva Política en el Medio Oriente) establecido en 1985, la mayor parte de la Cuenca del Mediterráneo, la que abarca Líbano y Siria, encierra una de las mayores reservas de gas en el mundo.

Dicho instituto está vinculado estrechamente con el Comité de Asuntos Políticos de la entidad sionista, uno de los grupos más poderosos en Estados Unidos y aliado del partido Likud israelita y el Republicano estadounidense.

Un exsecretario de Defensa estadounidense, Chuck Hagel, afirmó hace algunos años, que la misión del instituto busca “avanzar en una comprensión equilibrada y realista de los intereses estadounidenses en Medio Oriente y promover las políticas que los protegen”.

Tal política, claramente denunciada internacionalmente está enlazada con la Ley de Asociación Estratégica entre Estados Unidos y la entidad sionista y que define al sector como el Siglo del Gas, una energía limpia y de enormes reservas.

No resulta ocioso, subrayaron diversos analistas, que Siria fue y es un objetivo en esa política bajo el amparo de una guerra terrorista, de evidentes raíz económica por encima de cualquier interés nacional y soberano.